Reflexiones sobre el liderazgo evista de la nueva derecha liberal en Bolivia

Reflexiones sobre el liderazgo evista de la nueva derecha liberal en Bolivia

Por: Martin Moreira Estamos en una coyuntura donde lo político es el actor principal, utilizando la especulación como arma. Esta nueva oposición se

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Por: Martin Moreira

Estamos en una coyuntura donde lo político es el actor principal, utilizando la especulación como arma. Esta nueva oposición se consagra como una fuerza política latente de la mano de Andrónico Rodríguez, el fiel discípulo de Evo Morales, logrando descabezar el tribunal constituyente, noticia que ha dominado todos los medios del país. Sin embargo, el trasfondo revela que, al igual que Jaime Paz Zamora estrechó la mano del General Banzer olvidando los muertos en Harrinton, Rodríguez se da la mano con los responsables de las muertes en Sacaba y Senkata. La diferencia es que ahora la sangre aún está fresca y las familias siguen llorando a sus muertos. Mientras tanto, Morales, montado en una avioneta, salía del país dejando a los movimientos sociales a merced de las balas del nuevo liberalismo que este 6 de junio de 2024, brilló en la asamblea, guiado por el nuevo líder de la extrema derecha en Bolivia, quien padece del síndrome de hubris, el padre del sectarismo liberal irracional en Bolivia.

Para tener una lectura precisa de lo ocurrido en la Asamblea Plurinacional y este caos constitucional, los medios describen: «La pugna en Bolivia por la renovación de autoridades judiciales sumó otro capítulo el jueves cuando legisladores opositores, junto a una parte del oficialismo contraria al presidente Luis Arce, aprovecharon un viaje del mandatario para destituir a magistrados que habían sido prorrogados en sus cargos.»

Pero este problema de las elecciones judiciales y de la prórroga en sus cargos es culpa de estos mismos asambleístas que pusieron una serie de trabas y no cumplieron con sus funciones para generar las condiciones para elecciones judiciales ya en el 2022. Ahora se llenan la boca gritando que están defendiendo la Constitución Política del Estado. Estos mismos asambleístas confabularon con una serie de amparos constitucionales de simpatizantes de la nueva fuerza liberal evista, para detener el proceso eleccionario judicial. Luego, como dice la prensa, aprovecharon la salida del presidente del país para proclamarse los salvadores de la democracia y descabezar una institución que, nos guste o no, no puede quedar acéfala.

La pregunta es: ¿esto es parte de la antesala de un golpe de estado patrocinado por el nuevo frente liberal evista?

¿Qué hay detrás de esta nueva bandera del liberalismo, que hoy goza de un nuevo líder? Este líder, que, en 2019, por su obstinación, llevó a Bolivia de vuelta a las dictaduras, ahora instrumentaliza a Rodríguez para sellar el acuerdo que muchos ya veían venir: el acercamiento del evismo a la derecha liberal del país.

Pero esta coyuntura la vivimos todo el 2023 con un ataque sistemático. Primero, se dieron la mano y olvidaron las masacres de Sacaba y Senkata para posicionar a Rodríguez como presidente del Senado. Luego, desde el Chapare, con dirigentes corruptos, bloquearon el país. Posteriormente, generaron especulación con la divisa del dólar, apoyados por algunos analistas y actores mediáticos, intentando posicionar la idea de una crisis económica. Finalmente, consolidaron esta nueva fuerza política liberal, fundada ayer por Andrónico Rodríguez, cuyo líder, con un evidente síndrome de hubris, encabeza esta nueva fuerza política. La pregunta es si ¿pretenderá generar un golpe de estado en el país?

En este escenario, reaparece una oposición que nunca tuvo rumbo, una oposición obtusa y sin criterio político. Esta oposición ahora ha encontrado su líder para generar desestabilización e incertidumbre: el padre del sectarismo liberal en Bolivia, quien ahora trata de romper la gestión económica del Estado, atentando contra la vida de las familias bolivianas.

Ayer todos vimos festejar a los representantes del ala evista, de la mano con los liberales, los mismos que dieron el golpe de estado en el país y que desean vender Bolivia a las transnacionales, queriendo que los bolivianos volvamos a vivir en la incertidumbre de la desestabilización económica, como en el gobierno de Añez. Estos verdugos ahora son parte del ala evista. Rodríguez, manifestó: «Más allá de las diferencias políticas se debe encontrar el camino de consensos,» faltaba decir «el camino de la unidad de esta nueva derecha liberal que lleva el nombre de “Liberales evistas”, la nueva extrema derecha boliviana.»

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