Un día común y corriente para Karina Chávez implica dividirse entre su trabajo como coordinadora de Manufactura en Kimberly-Clark Bolivia, las tareas
Un día común y corriente para Karina Chávez implica dividirse entre su trabajo como coordinadora de Manufactura en Kimberly-Clark Bolivia, las tareas del hogar, los pendientes personales y su rol más importante que es ser mamá de tres hijos de 13, 4 y el tercero de casi 2 años. Aunque estar 100% presente para ellos, es un desafío diario, como lo es para la mayoría de las mamás que trabajan, su experiencia atendiendo la maternidad, sin descuidar el trabajo y viceversa, ha sido muy satisfactoria. Además de la admirable capacidad multitarea que caracteriza a las mujeres en esta etapa, ella considera que el apoyo que ha encontrado en su espacio laboral, ha sido clave.
“Mi experiencia ha sido excelente en Kimberly-Clark porque encontré la oportunidad de lograr un equilibrio entre ambos roles. Después de dar a luz, tenemos días de regalo para quedarnos más tiempo con nuestro bebé, recibimos productos esenciales y nos brindan un espacio adecuado para retirarnos la leche y guardarla”, cuenta Karina.
Conscientes de lo importante y especial que es para la mamá pasar los primeros días con su bebé, en Kimberly-Clark impulsan una serie de iniciativas para apoyarlas; por ejemplo, brindan 21 días libres, adicionales a los que se otorga por licencia de maternidad, también entregan un ‘kit de recién nacido’ con productos para los primeros 100 días y una dotación de pañales para los dos primeros años del bebé. En adelante, la flexibilidad en horarios continúa apoyando este proceso, pues en coordinación directa con el líder de área, la colaboradora puede organizarse para cumplir sus objetivos diarios, al mismo tiempo que disfruta de su etapa maternal.
Gracias a políticas internas como estas, las mujeres que trabajan en la compañía sienten el respaldo necesario para ser madres y evolucionar profesionalmente al mismo tiempo. “Yo soy un ejemplo de cómo Kimberly-Clark brinda oportunidades para crecer siendo mamá; antes de ejercer como coordinadora de Manufactura, fui supervisora de Conversión de la empresa y creo que esto es posible porque la empresa valora la actitud, conocimiento y compromiso de las personas”, asegura Karina Chávez.
Con diez años de carrera en Kimberly-Clark, desde su posición de Coordinadora Logística, Cecilia Barbery, destaca la flexibilidad de horarios, la empatía de los colegas y jefes, además de los beneficios que ha recibido de la empresa en su maternidad. Ella es mamá de tres hijos de 11 y 8 años, y el tercero de 6 meses. “En los años que trabajo en Kimberly-Clark he criado a mis tres hijos con normalidad, calidad de tiempo y amor. Esta empresa es extraordinaria en cuanto a preocupación hacia sus empleados. Ser mamá no ha perjudicado en lo más mínimo mi desarrollo profesional; siento que cada año puedo crecer más laboralmente. La creencia que no se puede ser mamá y crecer profesionalmente, al mismo tiempo, es un mito del pasado”.
Con ella coincide Marisol De la Quintana Lizarazu que ocupa el puesto de Control de Gastos de Operaciones en Kimberly-Clark Bolivia y es madre de un niño de 12 años. “Enfrentar la maternidad es un reto de los más atemorizantes y, a la vez, emocionantes que hay, y contar con el apoyo de esta empresa ha hecho que sea uno de los desafíos más especiales que Dios haya puesto en mi camino”, asegura y añade: “Esta compañía promueve y trabaja por el bienestar de la familia y como mamá, he podido percibir y sentir ese respaldo tanto a nivel personal, como profesional”.
Cuando habla de velar por el bienestar de la familia, Marisol se refiere a un apoyo realmente integral pues los hombres también reciben beneficios que contribuyen a un mejor disfrute de su etapa de paternidad. Los colaboradores que recién son papás acceden a dos días libres, adicionales a los tres días que les corresponde por ley, para que puedan disfrutar los primeros días de su bebé. De la misma forma que las mujeres, reciben un ‘kit de recién nacido’ y pañales durante los primeros 24 meses del hijo o hija.
“En Kimberly-Clark el crecimiento no tiene límites; lo que más valoramos es el comportamiento, el desempeño y el potencial que demuestra nuestra gente, independientemente de sus características personales. Tenemos varios casos de mamás que han crecido en la empresa; muchas de ellas han iniciado sus carreras desde practicantes con nosotros y las hemos acompañado en cada etapa de su desarrollo profesional, incluso hasta llegar a posiciones de liderazgo”, explica Gabriela Fernández Ortiz, coordinadora de Recursos Humanos para Kimberly-Clark en Bolivia y Perú.
Kreab Bolivia
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