Por: Martin Moreira La complejidad de los factores que influyen en los precios de los alimentos, tanto a nivel global como nacional, subraya la nec
Por: Martin Moreira
La complejidad de los factores que influyen en los precios de los alimentos, tanto a nivel global como nacional, subraya la necesidad de una vigilancia constante y una respuesta rápida y eficaz por parte de las autoridades para mitigar los efectos adversos y garantizar la seguridad alimentaria y la estabilidad económica. En este contexto, el Índice de Precios de los Alimentos de la FAO se destaca como una herramienta esencial para comprender las dinámicas del mercado alimentario global. La reciente subida en abril de 2024 pone de manifiesto la complejidad y la interconexión de los factores que influyen en los precios de los alimentos, mientras que, en Bolivia, las condiciones climatológicas adversas, la inflación en países vecinos y el contrabando a la inversa representan desafíos que requieren atención y estrategias específicas para su mitigación.
El Índice de Precios de los Alimentos de la FAO sigue siendo una herramienta esencial para comprender las dinámicas del mercado alimentario global. La reciente subida en abril de 2024 destaca la complejidad y la interconexión de los factores que influyen en los precios de los alimentos. A medida que el mundo navega por un panorama económico incierto, la atención a estos indicadores será crucial para la formulación de políticas que garanticen la seguridad alimentaria y la estabilidad económica a largo plazo.
En Bolivia, la situación actual resalta la complejidad de los factores que influyen en los precios de la canasta familiar. Las condiciones climatológicas adversas, la inflación en países vecinos y el contrabando a la inversa son desafíos que requieren atención y estrategias específicas para mitigar su impacto.
Por otro lado, el país muestra estabilidad en los precios gracias a un modelo económico que ha proporcionado las bases para una sostenibilidad frente al fuerte ataque especulativo. Como lo demuestra el Índice de Precios al Consumidor (IPC), que registró un incremento del 0,63% en mayo, siendo el menor de la región. Este aumento se ve impulsado principalmente por el alza en los precios de alimentos y bebidas no alcohólicas, así como diversos bienes y servicios. Esta tendencia refleja una compleja interacción de factores climáticos, agrícolas y económicos tanto internos como externos.
Entre los productos que más influyeron en el aumento de precios están la carne de pollo, tomate, cebolla, arveja verde, locoto y el servicio de trabajadora del hogar. En contraste, bienes como la papa, zanahoria, plátano, papaya, lechuga y servicios dentales tuvieron una incidencia negativa. El incremento en alimentos como el tomate se debe a factores climáticos adversos, como la sequía y las heladas que afectaron las principales zonas productoras del país, incluyendo Cochabamba, los valles cruceños y parte de Tarija.
El contrabando de alimentos a países vecinos y la «inflación importada» por el aumento de costos en países colindantes también contribuyeron a la subida de precios. Para mitigar estos efectos, el Gobierno ha implementado ocho medidas: fomentar la producción, tecnificación del riego, ferias del precio justo, ferias barriales de Emapa, controles en centros de abasto, lucha contra el contrabando, subvención de hidrocarburos y subvención de harina. Estas acciones buscan garantizar la estabilidad económica y social de las familias bolivianas, asegurando el acceso a productos a precios accesibles.
El índice de precios de los alimentos de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) se situó en 119,1% en abril de 2024, marcando un aumento respecto a su nivel revisado de marzo. Este repunte se debe principalmente al incremento en los precios de la carne, así como a subidas más modestas en los índices de aceites vegetales y cereales, que lograron contrarrestar las caídas en los precios del azúcar y los productos lácteos.
El aumento en mayo a nivel regional representa la segunda subida mensual consecutiva después de un período de siete meses de tendencia a la baja en los precios de los alimentos. A pesar de esta reciente alza, el índice se mantiene significativamente por debajo de los niveles registrados hace un año. Con una diferencia de 9,6 puntos, el índice de abril de 2024 es un 7,4% inferior al registrado en el mismo mes de 2023.
El impacto de los fenómenos climatológicos ha sido significativo en Bolivia y a nivel mundial. Durante la gestión 2024, el Fenómeno del Niño, tipificado de fuerte a intenso, generó afectaciones en todo el mundo. En Bolivia, este fenómeno provocó un déficit de precipitaciones y sequías, seguido por la llegada del Fenómeno de La Niña, que adelantó el invierno y causó heladas en mayo. Estas condiciones climáticas adversas han afectado severamente la producción agrícola, particularmente del tomate.
Otro factor crucial es la inflación importada. En países vecinos, la inflación es más alta, lo que afecta a Bolivia porque genera una «inflación importada». Esto significa que los precios de algunos productos de la canasta familiar suben primero en países como Argentina, Perú, Brasil y Chile, y luego este aumento se refleja en Bolivia con un desfase de uno o dos meses. Un ejemplo destacado es Argentina, donde la inflación en abril de 2024 alcanzó el 65%. Esta alta inflación ha hecho que los productos importados de Argentina sean significativamente más caros, afectando también los precios en Bolivia.
El tercer factor identificado es el contrabando a la inversa, donde productos de Bolivia son llevados a países vecinos debido a los precios más bajos en el mercado boliviano. Este fenómeno reduce la oferta local y contribuye al aumento de precios.
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