Bolivia: Avances y desafíos en su ruta  hacia un crecimiento sostenible

Bolivia: Avances y desafíos en su ruta hacia un crecimiento sostenible

Bolivia ha logrado avances significativos en su estabilidad económica, aunque enfrenta desafíos cruciales que requieren adaptación para asegurar un cr

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Bolivia ha logrado avances significativos en su estabilidad económica, aunque enfrenta desafíos cruciales que requieren adaptación para asegurar un crecimiento sostenible. Entre estos desafíos se encuentra un tema político altamente complejo que requiere atención. Además, la eficiencia y progresividad de las políticas fiscales serán fundamentales para mantener los indicadores que reflejan un crecimiento continuo. Para consolidar aún más estos avances, es imprescindible construir una base económica más sólida. En este sentido, la industrialización se convierte en un pilar clave. Esta estrategia permitirá al país dar pasos significativos para fortalecer sus perspectivas de crecimiento a largo plazo.”

En medio de un panorama económico fluctuante a nivel global, Bolivia se erige como un ejemplo de estabilidad con indicadores favorables que apuntan hacia una recuperación constante. El país sudamericano ha mostrado un eficiente control de la inflación y un continuo crecimiento del mercado interno, factores clave que refuerzan su estabilidad económica.
Durante el primer trimestre del año en curso, el mercado interno boliviano experimentó un impresionante crecimiento del 10,2%, seguido por un sólido aumento del 7,47% en el segundo trimestre. Estos números se suman a una inflación mantenida en un modesto 1,5% y una reducción significativa del desempleo al 3,7%, lo que refleja la solidez de la economía del país.
Sin embargo, a pesar de este éxito post pandémico, Bolivia enfrenta desafíos que podrían amenazar su progreso. Entre estos desafíos se incluyen un constante asedió político que pretende generar inestabilidad, la disminución en la producción de gas natural , donde el estado boliviano tomó sus medidas con la inversión en exploración de $us500 millones y unas reservas internacionales relativamente modestas, factores que ejercen presión sobre el mercado cambiario, dando lugar a la aparición de un incipiente tipo de cambio paralelo.
La economía boliviana, aunque muestra indicadores estables, no está exenta de riesgos asociados al contexto internacional. La volatilidad de los precios de las materias primas, la desaceleración global y el aumento de las tasas internacionales de interés representan desafíos que podrían afectar su crecimiento. Además, el país se enfrenta a riesgos climáticos como la sequía que afecta a varias regiones y la previsión del fenómeno de El Niño para finales de 2023 o principios de 2024.
A pesar de estos desafíos, los indicadores económicos siguen siendo alentadores. El Producto Interno Bruto (PIB) ha alcanzado los 44.315 millones de dólares, con un crecimiento del 2.2% en el segundo trimestre de 2023, y una inflación controlada en septiembre del 1.5%. El Gobierno ha puesto énfasis en mantener la estabilidad de precios, reconociendo el impacto directo de la inflación en el bolsillo de los ciudadanos.
Diversos organismos internacionales, como el Banco Mundial, el Fondo Monetario Internacional (FMI) y la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), han reducido sus proyecciones de crecimiento para Bolivia, pero aún la posicionan como una de las economías con mayor crecimiento en la región. Este análisis considera la demanda interna y el incremento en servicios como restaurantes, hoteles y transporte aéreo.
El Modelo Económico Social Comunitario Productivo, que se basa en la inversión pública, la redistribución de la riqueza y la industrialización, sigue siendo la piedra angular de las políticas económicas del país. Esto se refleja en la constante búsqueda de un camino que garantice la estabilidad y el progreso económico.
Para mantener esta estabilidad y lograr un crecimiento sostenible, Bolivia debe abordar desequilibrios estructurales. Esto incluye impulsar un rol más activo del sector privado, buscar alternativas a la exportación de gas, promover la inversión extranjera y diversificar la economía en un mundo que busca reducir su dependencia de los combustibles fósiles.
Bolivia ha logrado un importante avance en su estabilidad económica, pero debe enfrentar desafíos y ajustarse para garantizar un crecimiento sostenido en un entorno cambiante. La eficiencia y progresividad de las políticas fiscales serán cruciales para el futuro económico del país.

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