Un mundo convulsionado por el encarecimiento y la presión del dólar

Un mundo convulsionado por el encarecimiento y la presión del dólar

Por: Martin Moreira Ahora, el país enfrenta una escasez de dólares provocada por diversos factores. Trataremos de resaltar algunos de estos element

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Por: Martin Moreira

Ahora, el país enfrenta una escasez de dólares provocada por diversos factores. Trataremos de resaltar algunos de estos elementos y de analizar las soluciones que nos plantea el gobierno y el mismo mercado, clave para entender esta coyuntura de alta especulación y profundo ataque político a un modelo económico que ha cumplido con sus objetivos. Estos incluyen la apertura del aparato productivo, la reconstrucción de la economía después de la pandemia y el cambio en la forma de hacer comercio exterior, que está en plena evolución. Todo esto se realiza bajo un solo concepto: brindar bienestar y estabilidad a las bolivianas y bolivianos.

En primer lugar, dentro de estos factores, hay que señalar que la cobertura económica es muy difícil no solo para el país, sino también a nivel global, debido a la continua presión sobre los Bancos Centrales por las tasas de interés y el encarecimiento del dólar. Desde Tokio hasta Mozambique, el precio del dólar ha repuntado en los mercados mundiales y los países alertan que esto se debe a que tendrán que pagar su deuda externa a un mayor costo.

En la actualidad, los países sobrecargados de deuda externa continúan en situación de riesgo, especialmente si persiste la solidez del dólar. Si el dólar se encarece, a cada país le resulta mucho más difícil pagar esa deuda. Si el dólar se fortalece en un 3% o 4%, significa que la deuda soberana aumenta en la misma proporción. Esto se suma a la tasa de interés que cada país debe pagar.

Otro factor que también debe comprenderse es que lo político juega una mala pasada a la gestión económica, con sectores que tratan claramente de desestabilizarla. Lamentablemente, esto se refleja en intentos de provocar convulsión social por cualquier excusa. Esta nueva oposición destructiva busca generar mayor inestabilidad y, como consecuencia, provocar protestas con bloqueos de caminos que generan pérdidas irreparables al país, todo para beneficiar ambiciones político-partidarias.

Si somos más incisivos y observamos la coyuntura de estas divisas en el país, debemos decir, aunque moleste a las entidades de intermediación financiera, que ellas han sido las más beneficiadas en el proceso económico que vivió el país, alcanzando un crecimiento realmente importante de cerca del 600%. Esto es una buena noticia, pero lo que no está bien es que algunos bancos pretendan especular con los dólares y las tasas de transferencia. En estos casos, actúa la autoridad que es la ASFI, que los sanciona conforme a las normas a las Entidades de Intermediación Financiera han infringido.

Otro pilar que se debe abordar es el manejo de la información. La noticia se está sesgando mucho, y parece que algunos actores frente a un micrófono no tienen la perspectiva suficiente para entender cuál es la verdadera coyuntura y se centran en rumores, lo cual es muy peligroso. Además, hay otros actores malintencionados que cuentan verdades a medias, utilizando muchas fábulas que se instalan en la sociedad como verdades absolutas. Esto, aparte de causar daño al Estado, está gestando un perjuicio a la economía, sin entender que, si esta se daña tan profundamente, el remedio no tomará algunos años, sino décadas y tendremos que vendernos a los fondos buitres.

Este es el interés final de todos estos factores que buscan que este modelo, que logra sortear la crisis mundial y da estabilidad a la población, caiga y demuestre que un país que no es servil al dólar como divisa condicionadora de mercado y causante de la elevación de tasas de interés para traspasar su deuda a los países periféricos, será atacado con mentiras y presiones económicas desestabilizadoras como la especulación financiera y social.

Ante esta realidad de alta polarización que se vive en el país, donde está en juego el bienestar económico de las personas y la soberanía económica, los gremios manejados por un puñado de dirigentes que mienten a sus bases, como es el caso de los comerciantes, solo buscan proteger a quienes infringen la ley, como los contrabandistas, la minería ilegal y el narcotráfico. Estos grupos representan menos del 1% de la población del país, pero manejan dólares especulativos fruto de la delincuencia. Esta divisa, preferida por el crimen organizado, mueve entre 1,6 y 2,2 billones de dólares anuales a nivel mundial, y esto también sucede en el país, beneficiando a los serviles del modelo económico regido por el dólar.

Dentro de las soluciones, una de las principales es acelerar la industrialización, lo que implica avanzar en el cambio de la matriz productiva. Esto requiere que las empresas públicas e industrias entren con mayor fuerza y eficiencia para sustituir importaciones y seguir apoyando al sector privado, proporcionando condiciones de crecimiento que van desde la seguridad jurídica hasta la infraestructura.

Algo esencial que señalaba el ministro de Economía es que, bajo la experiencia vivida por la innovación financiera del primer banco de Bolivia, Banco Unión, se logró aliviar cerca del 30% de la presión del dólar con la entrada de los yuanes o renminbi. Ahora se está negociando con el Banco Central chino un ‘swap’, un acuerdo de intercambio financiero en el que una de las partes se compromete a pagar periódicamente una serie de flujos monetarios a cambio de recibir otra serie de flujos de la otra parte. Estos flujos normalmente responden a un pago de intereses sobre el nominal del ‘swap’ para el comercio exterior y el manejo de transacciones en nuestras monedas. Esta es una muy buena noticia, ya que aliviará la presión del dólar y permitirá aprovechar otras divisas.

Pero se necesita buscar una respuesta efectiva como la industrialización y la sustitución de importaciones serán las que proporcionen el sostenimiento necesario para el país en cuanto a la generación de recursos. Esta es la única salida sostenible a largo plazo, brindándonos mayor estabilidad. Además, ayudará al crecimiento de nuestro mercado interno y permitirá, de forma más contundente, integrar las exportaciones al crecimiento del país, proporcionando así bienestar a todos los bolivianos.

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