Trump: entre la ilusión prepotente y la imposibilidad histórica

Trump: entre la ilusión prepotente y la imposibilidad histórica

Gonzalo Gosalvez Activista social, PhD en Ciencias con mención en Economía e integrante de la Red Boliviana de Economía Política (RBEP) y la SEPLA.

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Gonzalo Gosalvez

Activista social, PhD en Ciencias con mención en Economía e integrante de la Red Boliviana de Economía Política (RBEP) y la SEPLA.

Las primeras medidas de Trump en el nuevo período de gobierno no solamente expresan cuál será la característica de su gestión, también muestran que sus aspiraciones no son más que ilusiones basadas en la nostalgia de una hegemonía perdida porque existe una imposibilidad histórica para su retorno, dejando a sus prepotentes amenazas como una forma de violencia o abuso de la fuerza sin capacidad de construir. Este fascismo como su estrategia está generando condiciones para una caída más fuerte del imperio, ya que su programa no es factible porque no mejorará ni su economía ni su producción, mientras que, en esta nueva fase histórica, el capital sigue funcionando, pero lo hace sustentado en las fuerzas sociales y creativas de sociedades socialistas o con herencia socialista como China, india o Rusia, o sociedades emergentes que buscan alternativas al dominio capitalista occidental a través del BRICS.

Geopolítica del aislamiento y megalomanía del poder

Ya antes de asumir su mandato, Trump hizo declaraciones sobre su necesidad de intervenir, en Canadá, Panamá, Groenlandia e incluso México, bajo el mandamiento de la seguridad nacional de los Estados Unidos. Semejante bravuconada solo puede responder a las ansias esquizofrénicas de poder de un emperador de una sociedad decadente y descompuesta que no respeta la humanidad, la democracia ni la soberanía.

Amenaza a Rusia para que termine con la Operación Militar Especial en Ucrania de “buena forma” para evitar sanciones económicas a Rusia. Es sabido que la amenaza de guerra de la OTAN contra Rusia está latente y el proyecto occidental para la desintegración de Rusia, parece ser un objetivo antiguo que sigue vigente. Sin embargo, Rusia ya respondió indicando que el futuro de este conflicto solamente depende de los intereses rusos.

La segura caída de Estados Unidos como hegemonía mundial, en el mediano plazo, apunta a ser muy catastrófica. En este momento, sus alianzas con Occidente tienen muchos problemas y va perdiendo influencia sobre otros territorios. Se podría pensar desde una lógica elemental de sobrevivencia, que una alianza horizontal con América Latina, podría fortalecer su posición y darle más oportunidades en el tablero mundial. Pero si eso no pasó con Europa a la que está destruyendo indirectamente, es imposible que suceda con América Latina, siempre tratará a los “otros” como inferiores con el objetivo de seguir con la explotación y el despojo. La reactivación del bloqueo a Cuba que vuelve a incluirla como parte de “los estados promotores del terrorismo”, es parte de ese paradigma estructural de una esquizofrenia de dominación por medio de la violencia social, cosa que le garantiza su propio suicidio.

Alianzas, políticas sociales, economía para el bienestar, democracia, no son demandas socialistas sino bases mínimas para un funcionamiento “normal” una sociedad capitalista moderna, pero ni siquiera esta elementalidad pueden ver estos dictadorzuelos de la política global.

Política xenófoba con aspiraciones migratorias

Trump ordenó la ocupación de tropas militares en la frontera con México y declaró a los cárteles mexicanos dentro de los grupos terroristas. Primero, la guerra de Trump contra la migración es la mayor paradoja histórica que existe, migrantes como Trump o Musk, que por circunstancias casuales se convierten en ciudadanos de América niegan la posibilidad de migrar a los originarios americanos nacidos en este continente.

El pretexto de defender las fuentes laborales y otros beneficios, solamente es un pretexto para esconder y maquillar la quiebra total de la industria y la economía norteamericana. Por lo demás, es insostenible ya que la misma productividad industrial seguirá disminuyendo con las barreras a la migración. Está claro que estas políticas que esconden sentimientos xenófobos y racistas que apuntan a profundizar su crisis económica terminal y convocan al fascismo.

¿Retorno a la economía del petróleo?

El núcleo de estas posiciones desconcertantes, es la decadencia económica irreversible de Estados Unidos. Este es el resultado de su imposibilidad industrial estructural que ha sucumbido a nivel mundial, inicialmente, frente a la industria japonesa y, en la actualidad, frente a la industria china y al complejo militar-industrial ruso.

La fortaleza que tiene aún en el ámbito financiero se está diluyendo aceleradamente y en riesgo de colapsar con los instrumentos que los BRICS van implementando, lo mismo que la reducción de los beneficios que tiene el dólar como moneda mundial. La ingeniosa salida que buscan a esta situación económica, son un conjunto de medidas que tienen más de prepotencia y nostalgia, que de esperanza para la economía.

Primero, elevación de aranceles a los países asiáticos para que sean estos “países los que paguen el bienestar de los estadounidenses”; esto no solamente que va contra el “libre comercio” sino que provocará una nueva guerra comercial en la que EEUU tiene todas las garantías para salir perdiendo porque su industria es ineficiente, cuando la acumulación de excedentes en cualquier país, depende de su productividad y no de la prepotencia arancelaria.

Segundo, la “emergencia energética nacional” declarada para explotar hidrocarburos en EEUU, es una medida para volver a poner a este país como un importante productor de petróleo en un período en el que el consumo de energía renovable ha quedado postergado en la actual situación de guerra. La intensificación de la guerra en Medio Oriente, responde a esta política que no significa un aumento de su base industrial.

En tercer lugar, EEUU se retira de la Organización Mundial de la Salud porque, supuestamente su aporte no coincide con los beneficios que recibe, lo cual obliga a los demás países a resolver el tema del financiamiento, pero, que les permite fortalecer la salud mundial y preparar la protección frente a las pretensiones militares de los EEUU en la guerra biológica que han venido siendo denunciadas en múltiples ocasiones. Lo mismo pasa con su retiro del Acuerdo de París en relación al Cambio Climático, aunque ya lo hizo con anterioridad, no es otra cosa que la nostalgia del retorno de aquella economía primitiva de mediados del siglo XX.

En síntesis, el popularizado Make America great again que ya es parte de la cultura pop de Estados Unidos, tiene en las propuestas económicas de Trump, una ilusión del eterno retorno del poder pero que no es más que una base deleznable como los pies de barro del imperio de Babilonia en el Antiguo Testamento.

La más preocupante de las imágenes del poder global del capital

Las imágenes mentales de los peligros de la humanidad se originan en desastres naturales, guerras catastróficas o sucesos cósmicos sorpresivos. Pero hay otra imagen más común: la concentración del poder en manos de una sola persona. Una especie de emperador perverso que no tiene límites ni contemplación para someter al conjunto de la humanidad, temor difundido alegóricamente por Hollywood o las historietas de superhéroes estadounidenses identificando a estos monarcas globales con líderes de países opositores a su hegemonía, terroristas, comunistas, etc.

Ahora, más cerca de la ficción o las historietas, el gobierno de Trump, concentra la mayor parte del capital tecnológico de Silicon Valley con Elon Musk (X), Jeff Bezos (amazon), Sundar Pichai (Google), Tom Cook (Apple). Y una figura tenebrosa es Elon Musk que manifiesta su fascismo haciendo el saludo nazi y confirmándolo públicamente.

Era casi inevitable que el nazismo surja públicamente en Estados Unidos, en primer lugar porque el poder del capital encuentra en su esencia fascista una de sus formas últimas de defensa y protección frente a la debacle estructural de su sociedad; en segundo lugar, la larga tradición nazi del empresariado estadounidense heredada por Ford tenía como objetivo estratégico la derrota de la revolución proletaria soviética; finalmente, la operación “paperclip” que desplazó nazis a EEUU y AL, en el final de la guerra. El fascismo no es producto del carácter o la personalidad de Trump, Trump es la personificación del fascismo que surge de la crisis de EEUU.

Una de las medidas más publicitadas, es el megaproyecto de 500.000 Millones de dólares con Open AI, Oracle, MGX y el SoftBank para impulsar la inteligencia artificial, es decir, tiene el doble de presupuesto actualizado que tenía el proyecto Manhattan de la II Guerra Mundial que produjo las bombas atómicas. La tecnología de la información ha disminuido su tasa de crecimiento en el mercado de valores en los últimos meses, mostrando que su aporte real a la economía es bajo en relación a otros usos sociales como el control de las redes sociales. Entonces, ¿cuál es el objetivo de este proyecto? Esta vez la intención es el control absoluto de las comunicaciones a través de la IA para someter a los pueblos, esta su mentada “guerra cultural” que ya la perdieron porque la cultura es del pueblo, de la vida, de los zurdos, de la vida, mientras que su propuesta cultural no es otra cosa que la implantación de un pensamiento único por medio del terror y del control mediático que quieren camuflar con la palabra libertad, palabra que es poder, muerte, violencia, demencia, hambruna, la palabra libertad también es del pueblo y no la podrán arrebatar.

Por otra parte, estamos seguros que también apuntan a la implementación de la IA en la industria de la guerra. Quizás por eso Musk apunta a crear guerras civiles en todo el planeta.

Si bien el colonialismo medieval de Trump genera perplejidad e indignación, la ofensiva de la ultraderecha fascista es incuestionable y solamente las clases populares podrán enfrentar esta locura ya que las clases medias del centro izquierda o derecha, no podrán detener su avance porque no ven por dónde viene el golpe, mientras que las clases populares también se están fortaleciendo, resistiendo y luchando día a día por la vida.

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