Muy pronto, Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos (YPFB) reanudará las operaciones en la Planta de Amoniaco y Urea (PAU), que se torna un pilar
Muy pronto, Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos (YPFB) reanudará las operaciones en la Planta de Amoniaco y Urea (PAU), que se torna un pilar importante para la reactivación económica del país ya que proyecta ingresos de hasta $us 22 millones al mes por la venta de urea y la generación de empleos directos e indirectos.
“Estamos produciendo 1.470 toneladas por día de urea con la planta al 70% de su capacidad de producción; por lo tanto, hasta finales de septiembre se estima producir 44 mil toneladas y, por el precio de la urea, se proyecta unos $us 22 millones de generación de ingresos para el país”, precisó Henry Lapaca, Gerente de Industrialización de la estatal petrolera.
De esa producción, un 7% se destinará al mercado interno y el porcentaje restante se irá al mercado externo. “Antes de la paralización de la PAU ya habíamos logrado reemplazar las importaciones a Bolivia de este fertilizante con producción propia. Considerando el tiempo que la planta dejó de operar, ahora el desafío es desplazar las importaciones del mercado local y recuperar los mercados internacionales que se habían consolidado”, enfatizó Gabriela Delgadillo, Gerente de Productos Derivados e Industrializados de YPFB.
El complejo industrial petroquímico, ubicado en Cochabamba, reanudará actividades tras un año y nueve meses de paralización a causa de daños en equipos de punta por parte de personal, durante el gobierno de Jeanine Áñez.
En la actualidad, el precio internacional de la urea y su importación es de $us 800 por tonelada, lo que encarece costos para quienes se dedican al agro. Uno de los beneficios tangibles de la producción de urea en Bolivia se sentirá en el bolsillo de los productores agropecuarios, quienes se beneficiarán con precios más bajos. La expectativa es grande e instituciones como la Asociación Nacional de Productores de Oleaginosas y Trigo (ANAPO), el sector cañero, distribuidores, agroindustriales, pequeños y medianos productores, entre otros, manifestaron su interés a YPFB.
“Otorgamos al agricultor boliviano mejores precios para sus cultivos y así se incentiva a que la demanda crezca porque tenemos un equipo de ingenieros agrónomos que hacen actividad de campo y diferentes capacitaciones, estudios y formas óptimas de usar este producto en los cultivos. Todo esto permite que el agricultor boliviano adquiera hábitos en el consumo del producto”, agregó Delgadillo.
Por su parte, Lapaca puntualizó que “Bolivia gana con la generación de empleos ya que en la planta trabajan casi 500 personas. De esa cifra, 240 personas fueron recontratadas tras haber sido despedidas durante la pasada administración. Además, se ocupa 90% de mano de obra y profesionales nacionales. La reactivación de la PAU consolida fuentes de trabajo directas, genera movimiento económico y además empleo indirecto”.
Respecto al mercado externo, Bolivia ya exportaba el producto a cinco países. Pese a que se perdió la credibilidad en los mercados ganados tras la paralización, se trabaja para recuperarlos y, para este objetivo, la excelente calidad del producto es una de las grandes ventajas sobre otros fertilizantes. “Ya tenemos 10 mil toneladas de urea adjudicadas al mercado de Brasil y el contrato de esta venta está en proceso de firma. Se adjudicó este lote a una empresa brasileña que ya era cliente. Hay muchas empresas bastante interesadas”, dijo la gerente Delgadillo.
Para lo que resta de 2021, hay una estimación de venta del fertilizante de hasta 150 mil toneladas. De esa cantidad, se comercializarán unas 25 mil toneladas en Bolivia y 125 mil toneladas en el mercado externo, lo que refuerza la labor para que Bolivia y su economía se fortalezcan.
Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos
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