A la par de esta idea, Carlos Gill, presidente del Directorio de Ferroviaria Oriental S.A y del Puerto Continental (Quijarro, Bolivia), quien también
A la par de esta idea, Carlos Gill, presidente del Directorio de Ferroviaria Oriental S.A y del Puerto Continental (Quijarro, Bolivia), quien también participó junto a Chaim en un encuentro internacional sobre la HPP dijo que “urge hacer un diagnóstico que promueva políticas tecnológicas de desarrollo portuario, medidas y acciones factibles en el aprovechamiento operativo del transporte acuático de las zonas francas y del puerto para facilitar el desarrollo del comercio exterior”.
Los convoyes semiautomáticos son remolcadores de empuje que permiten el desplazamiento en ríos sinuosos de difícil navegación y están totalmente automatizados y pueden conducir barcazas con distinto tipo de carga en barcazas que pueden soportar pesos extremos como minerales, soya o algodón. Las barcazas son techadas con paneles solares.
Carlos Gill valoró la información aportada por Chaim ya que existen muchos problemas de navegación en la HPP cuyas soluciones requieren de innovaciones tecnológicas.
Los convoyes que menciona Chaim, son barcazas que pueden navegar con una carta de navegación predeterminada, haciendo un relevamiento del curso del río, de las márgenes y de sus características subacuáticas, usando un software especializado, propulsadas con energía eléctrica solar. “Esto serviría no para 30 o 40 mil toneladas sino para 3 o 4 millones de toneladas”, dijo.
En su visión, con este sistema se puede navegar desde Puerto Gravetal o Puerto Nutrioil en 5 ó 6 días hasta Corumbá, navegando 24 horas por día.
Son embarcaciones de 60 ó 70 toneladas, como un camión, todas autónomas que se pueden fraccionar y volver a unir automáticamente para pasar partes estrechas del río. Pueden navegar todo el año incluso cuando el río tiene bajo calado. Se adaptan a las características del río, tornando viable las operaciones en áreas ambientalmente protegidas como el pantanal, explicó Chaim.
Todas tienen un sistema de captación y propulsión de energía solar. Se pueden formar convoyes de 30 a 50 barcazas, todas autónomas que saben por dónde deben navegar. Además sólo se requieren 4 tripulantes en el bote que va a la cabecera. Cada embarcación pesa 500 kilos cada una.
El sistema de navegación está totalmente automatizado pero, debido a la legislación de los países que usan la HPP, la operación debe estar bajo supervisión humana, exigiendo una carga de trabajo leve para la tripulación ya que la tecnología será lo principal.
Chaim informó que “los tests de simulación dieron hasta ahora muy buenos resultados. La descarga también es muy sencilla, una vez que el convoy atraque con mínimas adaptaciones en los puertos de descarga”.
En cuanto a la implementación, continuó, “tendremos a partir del año siguiente un convoy de 10 barcazas experimentales, haciendo el tramo Cáceres – Corumbá, luego, podremos llevar carga desde Bolivia hasta Rosario. Con ello vamos a navegar donde los convoyes tradicionales no navegan”.
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