Es probable que no des demasiada importancia a las acciones diarias como practicar yoga en la sala, limpiar la cocina o darte un baño, pero todas ella
Es probable que no des demasiada importancia a las acciones diarias como practicar yoga en la sala, limpiar la cocina o darte un baño, pero todas ellas tienen un factor en común: la movilidad.
La movilidad óptima, que se define como la capacidad de moverse de diversas maneras, libremente y con facilidad, es clave para el envejecimiento saludable. Cuando nuestras prioridades cambian y dejamos de lado la actividad física conforme crecemos, con frecuencia perdemos la fuerza necesaria para mantener un rango de movimiento saludable en las articulaciones.
Articulaciones saludables = mayor movilidad
Una correcta salud articular es fundamental para la movilidad. Al envejecer, surgen cambios en la movilidad articular que pueden tener repercusiones en la salud y el funcionamiento del cuerpo en general.
Realizar actividad física adecuada a cualquier edad reduce el dolor articular y fortalece los músculos que rodean las articulaciones. De acuerdo con la Arthritis Foundation, entre los ejercicios de bajo impacto con menor riesgo para las articulaciones podemos encontrar la caminata, el ciclismo, deportes acuáticos como la natación y algunos deportes como el golf.
Una menor movilidad puede provocar lesiones
Cuando nos volvemos menos activos, nuestros músculos se endurecen, disminuye la flexibilidad y el rango de movimiento decrece. Las lesiones ocurren normalmente cuando un músculo o articulación se estira o se tensa más allá de su capacidad.
De acuerdo con el Consejo Americano del Ejercicio, algunas articulaciones (como la columna lumbar o espalda baja) deben permanecer estables, mientras que otras articulaciones del cuerpo (como la cadera y los hombros) deben contar con mayor movimiento. La falta de movilidad adecuada en dichas articulaciones podría provocar un desequilibrio y otros tipos de movimientos para compensarlo, lo que resultaría en un mayor riesgo de sufrir una lesión.
Entonces, ¿qué puedes hacer para mejorar tu movilidad?
Cómo el ejercicio frecuente mejora la movilidad
Ejercitarse regularmente brinda innumerables beneficios, entre ellos, la mejora del bienestar general a través de la movilidad articular. Algunos ejemplos de ejercicios de entrenamiento para la movilidad pueden ser el foam Rolling (autoliberación miofascial), ejercicios de movilidad con repeticiones y estiramientos.
Estudios han demostrado que las actividades que buscan incrementar la fuerza muscular pueden mejorar la movilidad. La actividad física, en particular el caminar, juega un papel fundamental en la preservación de la movilidad, especialmente para la población de edad avanzada.
Los estiramientos también se utilizan en diversas actividades físicas para incrementar el rango de movimiento de una articulación. Los estiramientos dinámicos controlados aumentan el rango de movimiento de las articulaciones y mejoran la fuerza muscular de una manera más eficiente que los estiramientos estáticos (estirar y sostener) y los estiramientos balísticos (estirar y rebotar), de acuerdo con un estudio publicado en Sports Medicine.
La importancia de ser ágil y flexible
La “movilidad” y la “flexibilidad” son términos que con frecuencia se usan de manera indistinta, pero no son lo mismo. Con una movilidad saludable, puedes mover tu brazo hacia adelante, hacia atrás, de lado a lado o en círculos. Por otro lado, la flexibilidad es la capacidad de un músculo para estirarse, lo que permite que el brazo se mueva.
Aunque están relacionados, la diferencia entre la movilidad y la flexibilidad es importante, ya que afecta la capacidad atlética y el riesgo de sufrir una lesión. Si bien la movilidad incluye la capacidad de moverse dentro de un amplio rango de movimiento, se necesita la flexibilidad en esos músculos para poder moverse.
La movilidad ayuda a corregir el desequilibrio muscular, mejora la postura, ayuda a prevenir lesiones, nos permite movernos de manera más eficiente, y nos brinda un rango más amplio de movimiento durante los entrenamientos y en los movimientos del día a día.
La actividad física diaria, combinada con una dieta saludable y equilibrada, puede mejorar la salud de los músculos, huesos y articulaciones, y ayudarte a continuar activo a cualquier edad.
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