En medio de un escenario global marcado por la incertidumbre económica y la escalada de precios a nivel mundial, Bolivia emerge como un ejemplo de resiliencia gracias a su Modelo Económico Social Comunitario Productivo (MESCP). Bajo el liderazgo del presidente Luis Arce, el país andino ha logrado mantener indicadores económicos sólidos que contrastan con la situación de otros países de la región.
Con un crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB) del 3,1% en el año 2023, Bolivia superó las expectativas del Fondo Monetario Internacional (FMI), el Banco Mundial (BM) y la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal). Estas instituciones proyectaban expansiones del 1,8%, 2,4% y 2,2% respectivamente, evidenciando así el éxito del modelo económico boliviano en tiempos de adversidad.
El presidente Arce destacó recientemente los logros obtenidos gracias a la implementación del MESCP, resaltando la generación de empleo y la estabilidad de precios en un contexto internacional desafiante. En un evento con periodistas en Casa Grande del Pueblo, Arce afirmó: “Aquí estamos aplicando un modelo económico propio, elaborado justamente para encarar la economía boliviana. Ha sido exitoso en el pasado y en el presente, está mostrando sus potencialidades en semejante crisis”.
Uno de los aspectos más destacados del modelo boliviano es su capacidad para controlar la inflación, manteniéndola en niveles bajos a pesar de la escalada de precios a nivel global. Con una inflación del 1,31% acumulada hasta abril, Bolivia se sitúa entre los países con menores tasas de inflación en la región. Este logro cobra mayor relevancia si se considera el aumento de precios internacionales del petróleo y otros productos básicos.
Además, el país andino ha logrado reducir significativamente la tasa de desempleo urbano, situándola en un impresionante 3,9%, una de las más bajas de la región. Este dato refleja el impacto positivo del modelo económico en la generación de empleo y el bienestar de la población boliviana.
El MESCP se fundamenta en principios clave como la fuerte inversión pública, la redistribución de la riqueza y la promoción de la industrialización con sustitución de importaciones. Estos pilares han permitido que Bolivia enfrente con éxito los desafíos económicos globales, consolidando su posición como un ejemplo de desarrollo sostenible en América Latina.
En un momento en el que la economía mundial enfrenta turbulencias, el modelo económico boliviano demuestra que es posible alcanzar el crecimiento económico, la estabilidad y la prosperidad para todos los sectores de la sociedad.
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