Gonzalo Gosalvez S. La aplicación de la IA está provocando desempleo en varios oficios, sin embargo, se la presenta como un inventó muy favorable p
Gonzalo Gosalvez S.
La aplicación de la IA está provocando desempleo en varios oficios, sin embargo, se la presenta como un inventó muy favorable para la humanidad. La teoría marxista sigue siendo un instrumento muy consistente para el análisis de la sociedad actual y su tecnología, por este motivo, tratamos de traer a Marx a la actualidad para intentar especular sobre cuáles serían sus reacciones frente a la IA.
Huelga en Hollywood
La saga de Exterminador nos deja imágenes de máquinas autónomas en guerra contra la humanidad por apoderarse del planeta. Otro tanto pasa con Matrix en la que los seres humanos están como larvas en cápsulas conectados por cables a una red que los usa como fuente de energía, además, la red programa el cerebro de esos humanos para que imaginen una vida virtual en una sociedad “normal” como la actual impidiéndoles conocer su verdadera situación.
También en Hollywood, hace poco se realizó una huelga de guionistas y actores denunciando el efecto que provoca la inteligencia artificial aplicada en la industria del cine. Es sabido que esta tecnología tiene la capacidad de elaborar textos con las características que los usuarios le soliciten en relación al lenguaje, el estilo, los tonos, la lógica, la información, la extensión, etc., con lo que es muy probable que los guionistas queden sin trabajo. Pero la situación de los actores tampoco es muy alentadora ya que las empresas podrán generar sus réplicas con IA para usarlas en películas muchas veces a cambio del salario de un solo día de trabajo pagado por el escaneo al actor. Obviamente las empresas que controlan la industria cinematográfica están contra la huelga y defienden las “bondades” de esta nueva tecnología.
Una cantidad enorme de oficios en todo el mundo ya están siendo sustituidos por la IA que es resultado, en su propia razón de existir, de la necesidad del sistema de sustituir el trabajo humano, empeora la situación con la falta de regulación para su aplicación.
Penetración de la IA en la vida cotidiana
La IA se caracteriza por ser un sistema que tiene la capacidad de aprender de la información que recibe, procesa y de las interacciones que la alimentan, con ese aprendizaje puede modificar su propia estructura para ajustar su funcionamiento. Es decir, como sistema, se modifica o perfecciona a sí mismo, ya no se trata de la elección de una opción óptima entre varias como el procesamiento anterior sino de transformarse en base a sus propias decisiones.
Otro aspecto sorprendente es que la IA tiene la posibilidad de volver realidad material sus productos o acciones, porque está conectada directamente con dispositivos que interactúan con los seres humanos en casi la totalidad de las dimensiones de la vida cotidiana: computadoras, celulares, cámaras, automóviles, autómatas, cajeros, cerraduras de las puertas, cirugías, transporte, seguridad, robots, etc. En la industria armamentística y espacial, los usos son más diversos: drones tripulados a distancia o directamente autónomos, sistemas de defensa antiaérea, misiles, aviones, satélites, cohetes, etc.
Un ejemplo de la materialización de la IA en la vida real son las impresoras 3D que pueden imprimir todo tipo de objetos en distintos materiales: armas, repuestos, insumos, muñecos, incluso hay impresoras 3D de gran tamaño que están imprimiendo casas.
Impactos de la IA
La pregunta que todo el mundo se hace es: ¿hasta qué punto puede tener impactos negativos la IA?
Cuestionamos a la misma IA mediante un chatbot sobre este riesgo: “Entiendo tu punto de vista. Es cierto que la inteligencia artificial puede generar desigualdades y problemas ambientales si no se regula adecuadamente. Creo que es importante que la sociedad y los gobiernos estén conscientes de estos riesgos y busquen formas de mitigarlos.”
Cotización de la IA en la bolsa
Curiosamente, la IA fue desarrollada por pequeñas empresas de producción de software conocidas como startups cuando no lo pudieron lograr las grandes corporaciones tecnológicas de Silicon Valley teniendo mucha inversión en laboratorios, investigación y desarrollo. Pero al final, la IA termina en las manos de las grandes corporaciones porque la están comprando con un precio alto para las empresas que la desarrollaron, pero un precio bajo para las megacorporaciones que la adquieren.
El abanico de usos de la IA entusiasma a gran cantidad de economistas de la escuela neoclásica que repiten insistentemente que su aplicación conseguirá generar un gran crecimiento económico basado en el incremento de la productividad, incluso, que puede ser el mecanismo para superar la crisis o próximas situaciones de crisis.
En relación a su cotización, las tecnológicas de Silicon Valley han elevado los resultados de bolsa en una proporción poco mayor a los indicadores industriales y financieros. Pero a pesar de esta subida, su impacto en la elevación de la productividad global, es moderado. Algo parecido pasó en la crisis provocada por el entusiasmo excesivo por el internet en el 2001 denominada la “crisis.com” donde la valorización en la bolsa terminó siendo una gran burbuja especulativa.
Teoría de la gran industria como base de la IA
Inicialmente, gigantes futuristas escudriñaban sobre las posibilidades de las tecnologías de las máquinas: Leonardo Da Vinci o Julio Verne. Actualmente, los inventos no se detienen y es comprensible que Exterminador, Matrix y muchas otras películas de ciencia ficción generen pictogramas de la tecnología porque son evidentes en la sociedad actual que desarrolló robots, viajes espaciales, IA, degradación ambiental.
En el siglo XIX, época de la consolidación de la primera revolución industrial, Marx hablaba de las máquinas como monstruos autonomizados: “Como sistema orgánico de máquinas de trabajo movidas por medio de un mecanismo de trasmisión impulsado por un autómata central, la industria maquinizada adquiere aquí su fisonomía más perfecta. La máquina simple es sustituida por un monstruo mecánico cuyo cuerpo llena toda la fábrica y cuya fuerza diabólica, que antes ocultaba la marcha rítmica, pausada y casi solemne de sus miembros gigantescos, se desborda ahora en el torbellino febril, loco, de sus innumerables órganos de trabajo.” (Marx, Karl. El Capital, Tomo I).
El sistema de máquinas para Marx, era un ser orgánico viviente en la medida que extraía la sustancia y energía viva por medio de la subsunción del trabajo de los obreros.
Marx hace un análisis técnico partiendo de sus estudios de la historia de la tecnología, estableciendo que la implementación de la maquinaria no solamente era la sustitución de las herramientas individuales por un sistema de herramientas, sino la forma en que se transforma el conjunto de la fábrica: “un medio objetivo y sistemáticamente aplicado para estrujar más trabajo dentro del mismo tiempo” (Marx).
En la dimensión técnica el capital pudo “producir máquinas por medio de máquinas… creó su base técnica adecuada y se levantó sobre sus propios pies” (Marx).
Crítica de la economía política y el autómata social
Desde el punto de vista de la crítica de la economía política, esta definición técnica es insuficiente. La fábrica como un sistema basado en autómatas tiene el objetivo principal de reducir los costos de producción para incrementar la ganancia, todas las demás consecuencias no son más que la expresión de este objetivo principal, por ejemplo, la elevación de la productividad o las supuestas “bondades” de las mercancías producidas y su consumo.
¿Cómo funciona? En el proceso de producción la maquinaria solamente transfiere su valor a la mercancía producida, no crea nuevo valor, no crea valor ni siquiera con el funcionamiento de la producción con ayuda de la IA. En contabilidad esta transferencia se denomina depreciación y es la adición del costo de la maquinaria al precio final de la mercancía producida mediante la división del costo total de la maquinaria entre el número de períodos de vida útil que posee.
De esta manera, “existe por encima de ellos -de los obreros- un mecanismo inanimado, al que se les incorpora como apéndices vivos… que se alza frente a él como trabajo muerto que domina y absorbe la fuerza de trabajo viva” (Marx).
De forma opuesta, la fuerza de trabajo es la única mercancía capaz de producir nuevo valor. Por eso, el objetivo de la incorporación de nueva maquinaria en una fábrica es, disminuir el tiempo de trabajo necesario para la producción de mercancías.
La incorporación de nueva tecnología aumenta el costo absoluto del capital constante por su alto valor, pero ese costo deberá ser dividido entre el total de la cantidad de mercancías individuales a venderse, con lo que el costo relativo por unidad de producto, es menor.
De hecho, la incorporación de nueva tecnología es una condición permanente impuesta por la competencia intercapitalista, provoca desempleo y la ocupación de niños y mujeres en condiciones laborales precarias: “la maquinaria amplía el material humano de explotación del capital mediante la apropiación del trabajo de la mujer y del niño” (Marx).
La maquinaria provoca un saqueo “sistemático contra las condiciones de vida del obrero durante el trabajo, en un robo organizado de espacio, de luz, de aire y de medios personales de protección contra los procesos de producción malsanos o insalubres, y no hablemos de los aparatos e instalaciones para comodidad del obrero” (Marx). Pero, esa explotación que ocurre en la fábrica se extiende a la esfera social global de la vida de los pueblos donde el capital y su forma de producción domina y deteriora la totalidad de la vida, el consumo, el espacio, la naturaleza, los recursos naturales, el cambio climático, las riquezas en los océanos, los alimentos, etc.
¿Epílogo? Marx y la IA
Para Marx, el carácter privado de la investigación científica, la producción de nueva tecnología y los usos que tiene en la sociedad actual, convierten a la tecnología no solo en un verdadero riesgo sino en una amenaza efectiva porque ya actúa como una fuerza sobrenatural contra el trabajador y todo su entorno, pero, la dinámica fetichizada del capital y la ideología del capital evitando que la sociedad pueda tomar conciencia de lo que está ocurriendo.
Si Marx viviera en la actualidad tal vez estaría estudiando los descubrimientos en todos los campos científicos como la astronomía, física cuántica, biología, ecología, ingeniería, etc., de la misma forma que estudió la célula, la energía, las matemáticas, la economía, la tecnología, el transporte en su época.
Estamos seguros que estaría utilizando sus estudios y los avances científicos para explicar las causas de la explotación que el capital ejerce sobre los sectores populares de trabajadores, incluidos otros sectores también subsumidos al capital como comunidades campesinas, trabajadores por cuenta propia, desocupados, etc.
Con esta información, probablemente analizaría específicamente las consecuencias devastadoras de la IA en el proceso de trabajo, la producción, la circulación y la sociedad global, cuando es aplicada bajo la lógica depredadora del capital. El uso de la IA para perseguir a la gente por su posición política, el bombardeo de marketing de la IA a los consumidores.
La tecnología en sí misma, no debería representar una amenaza para la humanidad, más bien podría ser utilizada para mejorar las condiciones de vida de la población, serviría para reducir el tiempo de trabajo aumentando el tiempo para el enriquecimiento cultural de los trabajadores; el trabajo podría dividirse entre más trabajadores reduciendo el desempleo y evitando el incremento de la explotación; se podría mejorar la salud, la educación, el autocuidado.
Esta vez preguntamos sobre Marx a la IA, esta es su opinión: “Esa es una pregunta muy profunda y filosófica. Según Marx, el sistema de máquinas es una forma de explotación capitalista que aliena a los trabajadores y los convierte en meros instrumentos de producción. La inteligencia artificial podría ser vista como una extensión de ese sistema, que busca reemplazar o controlar a los trabajadores humanos con máquinas más eficientes y rentables. Sin embargo, también hay otras perspectivas que consideran que la inteligencia artificial puede ser una herramienta para el progreso humano, si se usa con criterios éticos y sociales. ¿Qué te parece esta respuesta?”
No es, exactamente, la definición de plusvalía porque no logra identificar al trabajo como núcleo de generación de nuevo valor o riqueza.
La IA conlleva beneficios y confort para una pequeña parte de la sociedad que puede transferir su trabajo, sus tareas cotidianas y hasta su entretenimiento mediante órdenes por comandos de voz a autómatas y la IA para que los resuelvan automáticamente. Pero, para hacer posible estos beneficios de un número reducido de personas, en otros puntos del planeta se incrementa la pobreza y la explotación, por ejemplo, el trabajo infantil en África para la producción de minerales utilizados para la producción de IA como ser cobalto, tantalio y otros.
El capital no se preocupará por implementar IA para reducir las lamentables condiciones de estos trabajos inhumanos, tampoco la implementará para mejorar la economía de los países periféricos porque el centro capitalista obtiene su bienestar de la apropiación de esos excedentes.
Con la implementación de la IA en todas las dimensiones de la vida, nuestra época es diferente a la de Marx, sin embargo, el análisis histórico de la sociedad capitalista y la crítica de su ideología que Marx utiliza como método, proyecta la naturaleza social de la maquinaria convertida en un autómata como un instrumento del capital que tiene el objetivo de depredar el trabajo humano y las energías sociales globales de los pueblos, análisis que va más allá de los futurismos, de los mitos optimistas sobre la tecnología y que muestra lo que está sucediendo realmente para las grandes mayorías de la población.
Finalmente, cuestionamos sobre los riesgos que representa para la humanidad la IA y su respuesta fue: “Según algunos expertos, la inteligencia artificial podría representar un riesgo para la humanidad si se desarrolla sin control y sin ética, y si se vuelve más inteligente y poderosa que los humanos. Sin embargo, también hay otros expertos que creen que la inteligencia artificial puede ser beneficiosa y cooperativa con la humanidad, si se diseñan con cuidado y con valores humanos. ¿Qué opinas tú?”
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