Litio en Bolivia: Analizando sus dos etapas y la verdad detrás de la retórica política

Litio en Bolivia: Analizando sus dos etapas y la verdad detrás de la retórica política

Por: Martin Moreira En medio de una serie de versiones y acusaciones provenientes de exautoridades, es crucial analizar los avances reales y la ges

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Por: Martin Moreira

En medio de una serie de versiones y acusaciones provenientes de exautoridades, es crucial analizar los avances reales y la gestión del recurso del litio en Bolivia durante dos etapas distintas: de 2013 a 2020 y de 2021 a 2024. Destacar la importancia de desentrañar la verdad y comprender los datos concretos detrás de la retórica política es esencial en este contexto. Es fundamental desmitificar las afirmaciones que buscan ocultar la inacción y presunta corrupción de gestiones anteriores en torno al litio. Durante el período del expresidente Evo Morales, se destinaron Bs 4.871 millones a la industria del litio, pero el retorno fue mínimo, apenas Bs 98,9 millones. Esta discrepancia refleja la necesidad de una gestión más efectiva y transparente de este recurso estratégico.

Para entender a cabalidad las dos etapas, es crucial reconocer los avances significativos logrados desde 2021. La producción de carbonato de litio y cloruro de potasio ha aumentado drásticamente, casi triplicándose en comparación con años anteriores. Esto demuestra un cambio positivo en la dirección y una mayor eficiencia en la gestión del complejo industrial.

Durante la gestión anterior, hubo inacción y presunta corrupción, lo que ocasionó graves daños a la industrialización. Sin embargo, el gobierno actual ha redirigido la infraestructura para la evaporación de salmuera, logrando finalmente la producción. Además, se está avanzando en la implementación de la tecnología más eficaz de Extracción Directa de Litio (EDL).

Entre 2013 y 2020 se produjeron 844 toneladas de carbonato de litio, mientras que desde 2021 hasta 2023, la producción casi se triplicó, alcanzando las 2.057 toneladas.

Asimismo, entre 2013 y 2020 se produjeron 65,867 toneladas de cloruro de potasio, mientras que desde 2021 hasta 2023, la producción casi se triplicó, llegando a 195,139 toneladas.

La denuncia judicial realizada por Yacimientos de Litio Bolivianos (YLB) la semana pasada por presuntos daños económicos al Estado y corrupción ha generado controversia y reacciones políticas. Sin embargo, es importante separar los intereses políticos de la búsqueda de justicia y reparación del daño económico causado.

En 2008 se dio inicio al proyecto con la creación de la Gerencia Nacional de Recursos Evaporíticos. Se optó por la tecnología de evaporación mediante piscinas de salmuera y se construyeron 18 piscinas que, lamentablemente, nunca entraron en funcionamiento debido a serios problemas estructurales.

A partir de 2018, se destinaron $us 170 millones a la construcción de la Planta de Carbonato de Litio, la cual tenía previsto su término para el año 2020. Sin embargo, el proyecto quedó paralizado durante el régimen de facto.

Según informes de las autoridades de aquel entonces, se afirmaba que el avance del complejo industrial superaba el 60%. Sin embargo, en la realidad, dicho avance apenas alcanzaba el 25%, evidenciando las dificultades y retrasos que afectaron la ejecución del proyecto.

Una comparación global revela que entre 2008 y 2020, es decir, durante el periodo anterior al gobierno de Arce, Bolivia destinó Bs 4.871 millones a la industria del litio, obteniendo un retorno de apenas Bs 98,9 millones, lo que equivale a poco más del 2 % de recuperación. Durante este periodo, el país contrajo una deuda de Bs 5.521 millones con el Banco Central de Bolivia, la cual no comenzó a ser saldada hasta la llegada del actual gobierno.

Con el actual Gobierno Nacional, la planificación a largo plazo proyecta consolidar ingresos por un total de Bs 1.437 millones y una inversión de Bs 1.346 millones para el periodo 2021-2024. Es relevante tener en cuenta que desde el año pasado se ha observado una notable reducción en los precios internacionales del carbonato de litio: la tonelada oscila entre los $us 10.000 y $us 12.000, en contraste con los $us 60.000 de hace tres años.

El gobierno actual ha reconducido la infraestructura para la evaporación de salmuera y ha implementado tecnologías más eficaces, como la de extracción directa de litio (EDL). A pesar de los desafíos, se han puesto en marcha varias piscinas de evaporación y la planta de carbonato de litio, generando ingresos considerables y estableciendo convenios con empresas internacionales para desarrollar tecnología EDL.

Es fundamental destacar la diferencia entre la inversión, la producción y los ingresos en la industria del litio. Mientras que en el período previo al gobierno actual se invirtieron grandes sumas con un retorno mínimo, se proyecta un plan de consolidación de ingresos y una inversión más equilibrada bajo la administración actual.

Es necesario mantener un enfoque objetivo y analítico en medio de las versiones y acusaciones políticas en torno al litio en Bolivia. Los datos concretos y los avances reales demuestran la importancia de una gestión eficiente y transparente de este recurso estratégico para el desarrollo económico del país.

 

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