¿Las Empresas públicas son una inversión estratégica?

¿Las Empresas públicas son una inversión estratégica?

La intervención del Estado en la economía boliviana ha tenido un impacto sustancial en la reactivación económica y la equidad social. El fortalecimien

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La intervención del Estado en la economía boliviana ha tenido un impacto sustancial en la reactivación económica y la equidad social. El fortalecimiento y desarrollo de empresas estatales ha demostrado ser un motor efectivo para la diversificación y expansión productiva del país, generando empleo y financiando políticas sociales vitales. A medida que Bolivia avanza hacia un futuro más próspero y equitativo, la apuesta por el rol activo del Estado en la economía se revela como una estrategia acertada para alcanzar estos objetivos ambiciosos.

Por Martin Moreira

En el escenario económico actual, la intervención del Estado en la economía se ha convertido en una característica distintiva de un nuevo modelo en el Estado Plurinacional de Bolivia. En un esfuerzo por combatir la pobreza, el desempleo y la desigualdad, se ha priorizado la expansión y consolidación de las empresas estatales como el motor principal de esta arquitectura económica revitalizada. Esta audaz estrategia, que marca un viraje en la orientación económica del país, se basa en la premisa fundamental de que el crecimiento sostenible y la justicia social se lograrán mejorando la base productiva de la nación, mientras se garantiza una distribución equitativa de los ingresos.

Durante las últimas dos décadas, la narrativa neoliberal procuró persuadir a la población sobre la supuesta «ineficiencia inherente» de las empresas estatales. Esta línea de pensamiento llevó a la privatización y subvaloración de las empresas y recursos naturales, en un esfuerzo por transferirlos al sector privado a precios notoriamente bajos. No obstante, la sociedad pronto captó la artimaña y encauzó su lucha hacia la recuperación de las empresas estatales y la salvaguarda de los recursos naturales, consciente de que la victoria en esta batalla determinaría el rumbo del país.

Se están gestando maniobras de ataque directo, camufladas bajo la fachada de análisis e investigación, las cuales encuentran su respaldo financiero en la fundación Vicente Pazos Kanki. Esta entidad es propiedad del empresario Samuel Doria Medina, ex Ministro de Planificación de Goni, que ha obtenido beneficios personales significativos a partir de la privatización de varias empresas, las mismas que él impulsó. Después de llevar a cabo esta acción, marcada por su evidente controversia, expresó de manera categórica que los fondos provenientes de dichas privatizaciones se destinarían a la “refaccionar escuelas”.

A esta afirmación emerge una cuestión ineludible: ¿dónde quedo exactamente los millones de dólares generados por la enajenación de esta empresa de suma importancia para el bienestar de los ciudadanos bolivianos? ¿Por qué esta fundación pasa por alto el progreso alcanzado desde la nacionalización de las empresas estatales? ¿Acaso estarán intentando una vez más vender el patrimonio del pueblo boliviano a corporaciones internacionales con fines personales o de logias?

Desde la nacionalización de estas entidades que han asumido un papel fundamental en la economía boliviana, desempeñando un rol protagónico. Su contribución al proceso de diversificación productiva ha robustecido el tejido productivo del país y ha impulsado la industrialización. Además, estas empresas estatales generan empleo directo e indirecto y, a través de sus ganancias, financian políticas sociales y programas de redistribución de ingresos, lo que incide directamente en la mejora de la calidad de vida de la población.

El año 2022 fue testigo de un destacado desempeño de las empresas estatales en términos de utilidades netas alcanzaron a Bs. 1.233 millones, dentro de las empresas que destacaron esta la Empresas Siderúrgica del Mutún cuyo incremento fue de 874,3% con relación al 2021, seguida de Boliviana de Aviación (BOA) con 359,2%, Transportes Aéreos Bolivianos (TAB) con 231,7%, Empresa de Apoyo a la Producción de Alimentos (EMAPA) con 129,7%, la Gestora Pública con 128,5%, Yacimientos de Litio Boliviano (YLB) con 127,7% y otros. Este crecimiento se debe a los resultados que fueron producto de favorable desempeño de sus operaciones.

El primer trimestre del año en curso demostró que el impulso de las empresas estatales continúa. Las utilidades netas agregadas de las empresas públicas ascendieron a 1.465,7 millones de bolivianos, un aumento del 8,9% en comparación con el mismo período del año anterior. Estos resultados subrayan el papel fundamental que desempeñan las empresas estatales en la reactivación de la economía local y la generación de ingresos adicionales.

Un testimonio elocuente de este avance es la Empresa Nacional de Electricidad (ENDE), que registró una utilidad de Bs. 1.102 millones, representando un crecimiento del 8,1% en comparación con el año 2021. Este logro se atribuye al aumento en la producción de energía hidroeléctrica y fuentes alternativas. Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos (YPFB), por su parte, alcanzó el primer trimestre utilidades por Bs. 611 millones gracias a mayores ventas y la recuperación de los precios internacionales del petróleo.

Es imperativo subrayar que los beneficios obtenidos por las empresas estatales no se circunscriben a sus balances financieros. Parte de esta utilidad contribuye directamente a la continuidad de políticas sociales esenciales, como el Bono Juancito Pinto y el Fondo Universal de la Renta Dignidad, impactando positivamente en la vida de los ciudadanos.

Después de afrontar declives en sus ingresos durante 2020, las empresas estatales experimentaron una notable mejoría en los años subsiguientes. En 2022, los ingresos totales alcanzaron la cifra de Bs. 63.146 millones, un incremento significativo del 31% en comparación con el año anterior, marcando el valor más alto registrado en los últimos 8 años. Los ingresos corrientes, por su parte, ascendieron a Bs. 62.627 millones, reflejando un crecimiento del 31% con respecto a 2021.

La mayor parte de este éxito puede atribuirse al aumento en las ventas de hidrocarburos, que representó un 21,8% del crecimiento total, impulsado en gran medida por la demanda externa, que experimentó un notable crecimiento del 51,6%. Asimismo, las ventas de empresas no hidrocarburíferas aumentaron en un 16,6%, evidenciando un sólido desempeño en el mercado interno y externo. Yacimientos de Litio Boliviano (YLB), a través de la exportación de cloruro de potasio y carbonato de litio, emergió como un destacado jugador en el mercado externo.

Según el Ministerio de Economía y Finanzas Públicas informa que, con excepción de la gestión 2020, las empresas públicas nacionales registraron utilidades continuamente entre 2007 y 2022 alcanzando un acumulado que asciende a Bs49.791millones, esto demuestra que las empresas estatales tienen la capacidad de generar ingresos y utilidades.

 

 

 

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