La subasta del BCP le puso color y arte a Operación Sonrisa

La subasta del BCP le puso color y arte a Operación Sonrisa

La sexta versión de la subasta de arte organizada por el BCP pintó de esperanza una vez más el futuro de la campaña que beneficia a niñas y niños con

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La sexta versión de la subasta de arte organizada por el BCP pintó de esperanza una vez más el futuro de la campaña que beneficia a niñas y niños con labio fisurado y paladar hendido

Con 103 obras de 33 artistas, se realizó con éxito la sexta subasta de arte auspiciada por el BCP, con el apoyo de Galería Altamira de La Paz, para apoyar la campaña de Operación Sonrisa, que todos los años beneficia a medio centenar de niños y niñas que padecen labio fisurado y paladar hendido.El evento, que ya forma parte del calendario del movimiento cultural y artístico de la ciudad, contó con una importante participación de coleccionistas y amantes del arte, que pujaron por hacerse de pinturas y esculturas de destacados artistas bolivianos como Luis Zilveti, Raúl Lara, Rosemary Mamani, Fernando Antezana, Ada Donato, Rina Mamani, Ejti Stih, María José Rodríguez, entre otros.

“Estamos muy satisfechos con los resultados. Cada año alcanzamos un nuevo récord de ventas, tanto con el aporte de quienes comparten con nosotros presencialmente, como con quienes hacen sus ofertas a distancia, desde otras ciudades del país e incluso el extranjero”, dijo el Gerente de Gestión y Desarrollo Humano, Relaciones Institucionales y Responsabilidad Social Empresarial del BCP, Miguel Solis.

A lo largo de 10 años de vigencia, gracias a la campaña Operación Sonrisa, miles de niñas y niños han sido intervenidos quirúrgicamente por médicos extranjeros y bolivianos, lo que ha contribuido a un cambio importante en su calidad de vida.

“Tenemos un compromiso permanente con esta campaña, que se refleja en aporte económico, pero sobre todo en procurar movilizar a la gente a través de este tipo de eventos para que indirectamente sean parte de este esfuerzo”, añadió Solis.

Como es tradicional, el martillo de la subasta quedó en manos de Ariel Mustafá, propietario de la Galería de Arte Altamira, quien tuvo la virtud de motivar a los asistentes para adquirir una o más obras de artistas que pusieron su talento al servicio de una causa solidaria.

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