La cerveza sabe mejor con dos dedos de espuma

La cerveza sabe mejor con dos dedos de espuma

Lo ideal es que la corona (espuma) tenga una altura de no más dos dedos de altura. Esta espuma debe ser fina y persistente de modo que se adhiera al vaso, lo que hará al producto más tentador y satisfactorio para su consumo.

Para disfrutar mejor de una cerveza refrescante y del sabor de sus ingredientes naturales, la espuma es la mejor aliada. Si bien hay mucha gente que p

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Para disfrutar mejor de una cerveza refrescante y del sabor de sus ingredientes naturales, la espuma es la mejor aliada. Si bien hay mucha gente que prefiere deshacerse de ella o la evita antes de beberla, lo cierto es que ésta proporciona una cubierta natural que mantiene la carbonatación (que genera la aparición y el movimiento de burbujas y de la espuma) y conserva la frescura por más tiempo. La espuma permite disfrutar de los aromas y sabores de los productos con los que fue elaborada.

Lo ideal es que la corona (espuma) tenga una altura de no más dos dedos de altura. Esta espuma debe ser fina y persistente de modo que se adhiera al vaso, lo que hará al producto más tentador y satisfactorio para su consumo.

Espuma y comida

Una cerveza light posee una carbonatación alta permite combinarla con quesos salados, que no sean grasoso, con bases crocantes y aromáticos. También es buena si va con carnes blancas y las cervezas más livianas van perfectas con ensaladas.

Para las comidas nacionales las cervezas amargas son el perfecto par, una carne magra, condimentada y picante hace maravillas con la carbonatación de esta tipo de cervezas con lúpulo amargo.

Para la malta de cebada que posee un sabor suave, la comida que mejor se recomienda es la frita y los nachos.

Para la cerveza tipo Wiessen o blanca, debido a su alta carbonatación, permite ser degustadas con postres hechos a base de limón o naranja.

Al mismo tiempo, es un componente clave ya que una cerveza con buena corona espumosa suele contener ácidos de lúpulo, ingrediente natural utilizado para su elaboración, lo que le da ese particular amargor y aroma,  y hacen que estabilice la presencia del gas. Además, la espuma es la que protege a las cervezas de la oxidación, lo que pasa cuando queda en contacto con el aire por mucho tiempo y va cambiando el sabor de la cerveza.  Al haber siempre presente una capa de espuma, por más fina que esta sea, se evita el contacto del líquido con el aire, y esto nos sirve para que la bebida no se oxigene y  no pierda el gas tan rápido, ni su sabor original.

Fuentes

Rodríguez & Baudoin

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