Jubileo y su innegable deseo de revivir la crisis del 2020

Jubileo y su innegable deseo de revivir la crisis del 2020

Por: Martin Moreira El modelo económico, social y político boliviano, ha logrado amortiguar los efectos de la crisis mundial y financiera, como el

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Por: Martin Moreira

El modelo económico, social y político boliviano, ha logrado amortiguar los efectos de la crisis mundial y financiera, como el bajo crecimiento y la desaceleración de la inversión pública, provocados por las constantes subidas de intereses de los Bancos Centrales a nivel global, las inflaciones que han experimentado los países son superiores al 5%, un aumento del 80% en los precios de los alimentos, el desempleo y un incremento de la pobreza. Algo que no acontece en Bolivia que ha obtenido importantes logros macroeconómicos que lo sitúan en una posición destacada en la región en términos económicos. En vista de estos logros, surge la pregunta: ¿cuál es la propuesta de Jubileo después de realizar este análisis tan brillante? ¿Acaso abogan nuevamente por el neoliberalismo?

La publicación de Jubileo, esta Institución financiada por la Iglesia Católica, titulada “La situación crítica de la economía comenzó a manifestarse hace 8 años”, menciona en su introducción que la crisis económica no es resultado del contexto internacional, sino de las políticas públicas implementadas durante un largo período de tiempo. A pesar de los altos precios de las materias primas, el gobierno ha mantenido un modelo insostenible, lo cual ha generado un aumento en la deuda y una disminución de las reservas del país. Estos factores han ocasionado problemas económicos y sociales, como la reducción del empleo, la disminución del poder adquisitivo y el incremento de la pobreza.

El contexto internacional actual atraviesa una profunda crisis que tuvo un colapso en 2008 y que gradualmente se estaba recuperando, pero luego fue golpeado nuevamente por la pandemia. Esta crisis ha generado una desaceleración del crecimiento mundial y un aumento de la inflación como consecuencia tanto de la crisis económica y financiera en sí como de la guerra entre Rusia y Ucrania. Estos eventos están afectando las economías de todos los países del mundo

Para comprender el desarrollo económico del país y su crecimiento, es fundamental abordar la siguiente pregunta: ¿En la actualidad, Bolivia enfrenta una crisis? Con el fin de responder a esta interrogante planteada por Jubileo, es necesario analizar el desarrollo del país desde el periodo 2015 hasta el 2023; destacando el año 2020 como el año que registró una reducción casi catastrófica de la economía. Dicha disminución fue resultado de un mal manejo económico, en el cual esta institución respaldó, avaló y justificó medidas que condujeron al país a experimentar un crecimiento negativo del -8,7%.

La inversión pública y las subvenciones a los sectores de hidrocarburos, energía y alimentos, así como el gasto social, son dos de los principales mecanismos utilizados por el Estado para desarrollar su política social y combatir la pobreza y la desigualdad. Sin embargo, la efectividad de estas políticas sociales también está determinada por el contexto de estabilidad macroeconómica. En este sentido, mantener la inflación en niveles relativamente bajos es fundamental para el éxito de dichas políticas.

Un caso paradigmático de éxito en materia de política social, que ha logrado buenos resultados en la reducción de la pobreza y la desigualdad, es el de Bolivia desde el año 2006. Según los datos de la Encuesta de Hogares del Instituto Nacional de Estadística (INE), Bolivia ha logrado reducir su nivel de pobreza del 59,9% en el año 2006 al 36,3% a finales de 2023. En 2006, el 37,7% de la población boliviana se encontraba en situación de pobreza extrema, mientras que en 2023 se logró reducir esta cifra al 11%. En cuanto a la Desocupación al cuarto trimestre de 2022 fue de 4,2%, lo que significó una reducción de 1 p.p. respecto a similar período en 2021 (5,2%), según la encuesta de Población Económicamente Activa del INE.

En cuanto a la desigualdad de ingresos medida por el índice de Gini, se ha observado una reducción significativa, pasando de 0,60 en 2005 a 0,42 en 2022, según los datos publicados por el Banco Mundial (BM). Este logro se ha alcanzado mediante la implementación de diversos programas sociales que han contribuido a la redistribución de los ingresos.

Estos programas sociales se han financiado principalmente con los recursos provenientes de la nacionalización de los recursos hidrocarburíferos en 2006, lo cual ha transformado la distribución de los ingresos generados por la extracción de gas. En la actualidad, más del 80% de las utilidades se encuentran en manos de los ciudadanos bolivianos a través de la propiedad estatal. Esto ha permitido financiar los programas sociales con una fuente de ingresos públicos abundante, sin que se vea comprometida la inversión privada en los sectores hidrocarburíferos.

Si bien Jubileo sostiene que la economía estaba en un estado de descomposición, es importante destacar que las tasas de inflación han experimentado una disminución pasando del 4,06% en 2015 al 1,75% en 2022. Además, en la actualidad, la tasa de inflación en Bolivia la más bajas en la región y se encuentra entre las más reducidas a nivel global, llegando a un 0,6% hasta mayo de 2023. Estos datos no fueron considerados por Jubileo en su publicación.

En otros sectores, podemos observar cómo Bolivia está desarrollando nuevas matrices exportadoras. Un ejemplo destacado es el crecimiento del sector agropecuario, que ha contribuido con 3.000 millones de dólares al comercio exterior en 2022.

El sector agropecuario desempeña un papel crucial tanto en la economía como en la sociedad boliviana. Durante el período comprendido entre 2006 y 2023, este sector ha representado en promedio el 10,6% del Producto Interno Bruto (PIB). A partir de 2017, ha experimentado un crecimiento significativo, alcanzando un 6,6%. En 2022, las exportaciones agrícolas y ganaderas tuvieron un crecimiento del 81,2%. Algunos de los productos más destacados incluyen semillas y soya, carne bovina, castañas y bananas.

En términos sociales, se estima que el sector agropecuario emplea al 29,1% de la población económicamente activa. El Gobierno boliviano ha implementado diversas políticas públicas para apoyar este sector, como asignaciones presupuestarias y políticas de precios. Durante el período analizado, se ha brindado un apoyo significativo a los productores agropecuarios. En 2023, el Gobierno nacional destinará 2.457,5 millones de bolivianos a la inversión en desarrollo rural y tierras, desarrollo integral agropecuario e innovación agropecuaria forestal, lo que representa un respaldo real para esta matriz productiva.

Sin embargo, la visión limitada de Jubileo no comprende el desarrollo del país y se centra únicamente en la afirmación de que los altos precios de las materias primas deberían haber sostenido un mayor desarrollo del que se ha alcanzado. ¿Acaso esto implica que los precios siempre estuvieron altos únicamente para Bolivia? Para responder a esta pregunta, es necesario analizar la inflación en la región. En 2015, la inflación alcanzó un 5,44%, y para 2022 evolucionó hasta llegar al 14,05%. En este contexto de crecientes incertidumbres externas y restricciones internas, se espera que en América Latina y el Caribe se profundice la desaceleración del crecimiento económico durante 2023, con una tasa proyectada del 1,2%. Sin embargo, Bolivia se presenta como un país contra cíclico, con el tercer mayor crecimiento en la región, alcanzando un 2,5%, y con una inflación muy baja del 0,6%, así como estabilidad de precios, además es importante destacar la cero dependencia al dólar y la crisis económica de Estados Unidos, país que administra esta divisa y que enfrenta una inflación del 121% sobre su PIB. Es importante destacar que esta situación no afecta al mercado interno boliviano, que se ve impulsado y fortalecido por la inversión pública destinada al desarrollo de la industria manufacturera del país.

El golpe de estado de 2019 que puso al gobierno inconstitucional de Añez no solamente fue una aberración política antidemocrática, sino que ha realizado la gestión económica más ineficiente y nefasta para el país, la tasa de crecimiento del PIB fue -8%, la peor de toda la región, el desempleo aumentó hasta un 11%. Pero Jubileo, que se olvida del contexto internacional, del contexto histórico, también se olvida mencionar este desastre económico por la incapacidad pero sobre todo por la re implementación del neoliberalismo.

Sin embargo, es importante considerar que este documento de esta institución Católica se enfoca principalmente en la dependencia de Bolivia en la exportación de gas y no reconoce los avances realizados por el estado en el desarrollo del país. No obstante, la economía boliviana ha experimentado altibajos significativos en los últimos años debido a la volatilidad de los precios del gas y a la falta de liquidez en los países compradores. Es necesario tener en cuenta estos factores para comprender la complejidad de la situación económica de Bolivia en su totalidad y dentro el contexto internacional. La pregunta que surge es: ¿debería esta situación global afectar a Bolivia?

En el año 2014, Bolivia recibió un ingreso considerable de aproximadamente 6.595 millones de dólares por la exportación de gas, lo que marcó un punto alto en esta actividad. A partir de ese momento, los precios del gas comenzaron a caer debido a la crisis mundial, y entre 2014 y 2019 se mantuvieron en un rango de entre 40 y 56 dólares por barril.

La demanda de gas disminuyó considerablemente, ya que los países compradores enfrentaban sus propias dificultades económicas y ya no necesitaban los mismos volúmenes de gas boliviano. Esta coyuntura de precios bajos y la falta de liquidez en los mercados internacionales provocaron una disminución significativa en las recaudaciones de Bolivia.

En respuesta a esta crisis, el gobierno boliviano a principios del 2021 tomó medidas para revitalizar la economía. Se implementó una estrategia de reinversión en la exploración de hidrocarburos, aumentando los volúmenes de venta y mejorando la eficiencia en la producción. Además, se buscaron nuevos mercados y se diversificó la oferta de productos,

A medida que los precios del gas comenzaron a subir nuevamente en 2021, la economía boliviana experimentó una recuperación gradual. Los ingresos por exportación aumentaron y el país logró fortalecer su posición en el mercado internacional de gas, el 2022 las exportaciones de gas y sus derivados llegaron a 3.400 millones de dólares, una cifra alentadora para esta matriz productiva y exportadora.

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