Gestión con hechos frente a la especulación basada en mentiras económicas

Gestión con hechos frente a la especulación basada en mentiras económicas

Por: Martin Moreira En Bolivia, actualmente nos encontramos en una encrucijada entre la verdad basada en hechos concretos y la manipulación de la r

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Por: Martin Moreira

En Bolivia, actualmente nos encontramos en una encrucijada entre la verdad basada en hechos concretos y la manipulación de la realidad a través de mentiras. Por un lado, hay un sector que trabaja en generar políticas para preservar la economía del pueblo, mientras que, por otro lado, existen aquellos que difunden información falsa que distorsiona nuestra percepción de la realidad. Es importante destacar que, a pesar de que algunos políticos intentan sembrar la idea de una crisis económica inminente, los indicadores económicos muestran que estamos en una situación estable con perspectivas de crecimiento. Es fundamental diferenciar entre la verdad basada en datos reales y la información tergiversada que busca desinformar a la población. Es responsabilidad de todos como ciudadanos estar informados y cuestionar la veracidad de la información que nos llega, para no caer en la trampa de las mentiras y manipulaciones que buscan desviar la atención de los verdaderos desafíos que enfrenta nuestra economía.

Para entender el nivel de especulación en el país, es importante revisar diferentes sectores, como el hidrocarburífero. En Bolivia, se produce alrededor de 40 millones de metros cúbicos por día (MMm3d) de gas y la demanda es de aproximadamente 13 MMm3d, lo que significa que se produce casi cuatro veces más de lo que se consume. En 2014, cuando se alcanzó el pico más alto de explotación con 59,55 MMm3d, el mercado interno solo consumía 10,8 MMm3d.

En la actualidad, Bolivia ha iniciado un ambicioso plan de exploración en el sector de hidrocarburos, con resultados exitosos en proyectos como Yarará, Yope, Remanzo y Churumas, así como en investigaciones estratigráficas como Tomachi-X1 IE, Tomachi-X2 IE y Madre Selva-X1 IE. Se espera que la perforación de nuevos pozos exploratorios aumente la producción y reponga las reservas de hidrocarburos.

En particular, se está trabajando en el Pozo Mayaya Centro-X1 IE, cuyos resultados se esperan para finales del primer semestre de 2024. Además, el pozo Domo Oso-X3 (DMO-X3) en la provincia O’Connor en Tarija, fuera de la reserva de Tariquía, es un proyecto clave para Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos (YPFB) y Petrobras, con una proyección de 2,8 trillones de pies cúbicos (TCF).

En el sector de la industrialización se han finalizado varios proyectos que potenciarán la sustitución de importaciones en Bolivia. Por ejemplo, la planta de biodiesel en el oriente ya está operativa, mientras que en el occidente se está avanzando en otra planta con el mismo fin, buscando generar biodiésel para sustituir la compra de diésel fósil y reducir el gasto público.

Por otro lado, la planta del Mutún ha sido equipada con cinco módulos y se espera la entrega del último en diciembre, lo que marcaría la entrada de Bolivia en la era de la metalurgia. Además, varias plantas se encuentran en proceso de construcción para la elaboración de frutas y verduras, así como una planta de química básica que proporcionará insumos para la fabricación de productos industriales.

Destaca también la Planta de Litio, con una inversión de Bs 1.346 millones y un retorno proyectado de Bs 1.437 millones, con planes de producción de Carbonato de Litio por un valor de Bs. 500 millones este año. Este proceso de cambio de matriz productiva resalta la importancia de agregar valor a la materia prima y fomentar la industrialización con la sustitución de importaciones en Bolivia.

Otro ejemplo reciente que demuestra la falta de credibilidad de las agencias calificadoras de riesgo con respecto al proceso económico que vive Bolivia, como es el caso de la calificadora Moody’s, que alega que el país no podrá pagar su deuda externa y de este modo dañar la imagen económica y justificar para bajar la calificación de riego país. Sin embargo, el informe del Banco Central de Bolivia (BCB) destroza con la verdad de hechos económicos que, hasta el primer cuatrimestre del año, Bolivia ha pagado el 40% de su servicio de deuda, unos 580 millones de dólares.

Asimismo, los especuladores económicos y políticos advierten que Bolivia no tiene suficientes reservas en dólares para importar diésel y gasolina. No obstante, el informe del BCB revela que se pagaron 760 millones de dólares, lo cual demuestra que el país tiene los recursos necesarios para mantener la subvención a hidrocarburos. Es evidente que estas especulaciones buscan desacreditar la gestión económica del país y generar incertidumbre.

Pero la realidad económica es que Bolivia ha experimentado un crecimiento significativo en su Producto Interno Bruto nominal de más de 1.200 millones de dólares durante el 2023, alcanzando un 3,1% de crecimiento y situándose como el segundo país con mayor crecimiento en la región. Además, ha logrado mantener una de las inflaciones más bajas, con un acumulado del 1,31%, y ha logrado combatir el desempleo con un indicador del 3,9%.

Otro logro importante es la reducción de la pobreza al 11% y la disminución de la desigualdad, reflejada en el aumento del PIB per cápita a 3.772 dólares por habitante. Estos datos reales demuestran que, a pesar de las especulaciones y la instrumentalización de la escasez de dólares como arma política, Bolivia sigue avanzando en su desarrollo económico y social.

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