La Empresa Pública Social de Agua y Saneamiento (EPSAS), no solo se limita a mantener represas y embalses en funcionamiento, sino que trabaja activame
La Empresa Pública Social de Agua y Saneamiento (EPSAS), no solo se limita a mantener represas y embalses en funcionamiento, sino que trabaja activamente en proyectos vitales. El sistema DAF en la planta de Achachicala, la perforación de pozos en El Alto y el proyecto de eficiencia hídrica son algunas de las iniciativas en curso que buscan optimizar el tratamiento del agua y monitorear su disponibilidad en tiempo real.
Jaime Gutiérrez Quevedo, ingeniero de profesión, ha asumido el cargo de interventor de la Empresa Pública Social de Agua y Saneamiento (EPSAS) desde el 12 de mayo de 2023, designado por una resolución administrativa emitida por la AAPS. Su responsabilidad recae en dirigir una de las empresas más significativas por que maneja los recursos y distribución del agua en las ciudades de El Alto, La paz y municipios.
El trabajo que realiza EPSAS es de naturaleza técnica y se destaca por su transparencia en todas las actividades llevadas a cabo en las ciudades de El Alto, La Paz y las localidades de Mecapaca, Achocalla, Viacha y Laja. Esta área de cobertura abarca aproximadamente 7 municipios, donde la labor se coordina estrechamente con diversas autoridades, incluyendo la FEJUVE, presidentes de zona y residentes locales. El objetivo principal es garantizar el suministro regular de agua, cumpliendo así con el mandato Constitucional Política del Estado que asegura el acceso a servicios básicos para todos los bolivianos, siendo el agua un recurso esencial para la vida de los ciudadanos del país.
En los 7 municipios bajo su influencia, la provisión de agua muestra una normalidad, superando el pequeño déficit que existía en 2022. Durante esta gestión, se han tomado medidas preventivas para garantizar el suministro continuo: “Desde que asumí el rol de interventor en esta empresa crucial para la ciudadanía, hemos trabajado arduamente. EPSAS tiene presencia sólida, por lo tanto, verificamos constantemente los 10 embalses en La Paz y El Alto. Actualmente, los volúmenes de agua se mantienen estables, pero también estamos explorando nuevas alternativas”, señaló Gutiérrez.
Dentro de los reservorios disponibles, existen lagunas aún sin explotar, reservadas para emergencias. Esto asegura que la población cuente con suficiente agua en los embalses para su uso diario, además de contar con estas lagunas como respaldo en caso de necesidad.
En El Alto, se han perforado 69 pozos que abastecen aproximadamente al 45% de la población de esa ciudad. “Es un compromiso de EPSAS asegurar el suministro de agua potable a las ciudades de El Alto, La Paz y sus alrededores. Realizamos un seguimiento continuo para cumplir con este compromiso”, admitió el interventor de EPSAS.
Un aspecto fundamental de la Empresa Pública y Social de Agua y Saneamiento, es su labor en las comunidades. EPSAS se encarga de socializar y dialogar con estas poblaciones, un aspecto poco conocido por el público en general. La empresa obtiene agua de diferentes comunidades como el Ayllu de Chacaltaya y Hampaturi, donde se encuentran varias represas. También se colabora con el Ayllu de Chunavi, que alberga la represa más grande y Alto Milluni, que cuenta con dos represas, una de ellas con déficit y otra a plena capacidad, entre otras. EPSAS dialoga y socializa con estas comunidades para trasladar el agua a las ciudades y municipios donde brindan este servicio esencial.
Es importante destacar que EPSAS no puede simplemente llegar a una comunidad, conectar y transportar el agua a su planta de tratamiento. La empresa trabaja en estrecha colaboración con los habitantes locales mediante procesos de socialización, reconociéndolos como guardianes del agua en sus regiones. Este enfoque implica atender diferentes proyectos que benefician el desarrollo social e integral de las comunidades.
Proyectos desarrollados por EPSAS
EPSAS, comprometida con el desarrollo de un servicio óptimo y la garantía de un suministro suficiente de agua potable, ha iniciado una serie de proyectos vitales. Estos proyectos no solo buscan mantener un servicio estable, sino también prevenir impactos derivados de fenómenos climatológicos como la escasez de lluvias.
El principal proyecto en curso se centra en la implementación del sistema DAF en la planta de Achachicala. Esta iniciativa tiene como objetivo principal oxigenar el agua que proviene de las represas Alpaquita, Chacaltaya y Pampalarama, ubicadas en Chacaltaya. Este proceso de aireación está diseñado para eliminar elementos no deseados presentes en el agua. La modernización de la planta permitirá una mayor efectividad en el tratamiento de este líquido vital, optimizando así este recurso hídrico. La planta de tratamiento controla rigurosamente 28 parámetros en cumplimiento con las normativas bolivianas para garantizar la distribución segura del agua.
En paralelo, se está llevando a cabo la perforación de siete pozos en la ciudad de El Alto. Se espera que estos pozos entren en funcionamiento antes de finalizar el año, abasteciendo así la meseta de esta ciudad.
Además, se ha puesto en marcha un proyecto de gran envergadura denominado “Eficiencia Hídrica”. Este proyecto está destinado a establecer un control y monitoreo directo desde los embalses hasta el sistema de control. Esto eliminará la necesidad de la presencia física de un técnico para verificar los niveles de agua. Dentro de esta iniciativa, se está implementando un sistema de meteorología para monitorear las condiciones climáticas. Esto proporcionará información instantánea sobre la presencia de lluvias y el nivel de llenado de los embalses, agilizando así la gestión y recolección de agua de manera eficiente.
“Estos proyectos representan el firme compromiso de EPSAS con la mejora continua y la adaptación a tecnologías innovadoras para garantizar un servicio confiable de suministro de agua potable, incluso en condiciones climáticas adversas”, señaló Gutiérrez.
Dentro de los proyectos se tendrán medidores electrónicos que servirán para hacer el corte si un vecino ha pasado los dos meses de facturación, este proyecto empezará los primeros días del 2024 ya que fue licitado, adjudicado y está financiado por la cooperación Holandesa.
Dentro de la cartera de planes de EPSAS, la Empresa Pública y Social de Agua y Saneamiento, está inmersa en una serie de proyectos cruciales destinados a mejorar el suministro de agua potable en La Paz y El Alto. Entre estos proyectos se destaca el multipropósito respaldado financieramente por el gobierno central, el cual ha enfrentado diversos candados que ahora están siendo superados, permitiendo la entrega de un impresionante volumen de 500 litros por segundo de agua hacia Bajo Milluni en la ciudad de El Alto. Esta iniciativa tiene como objetivo satisfacer las necesidades de agua tanto de El Alto como de La Paz.
Además, EPSAS está avanzando en la búsqueda de financiamiento y en el estudio del proyecto final de la represa de Palcoma. La única barrera pendiente es el presupuesto necesario para dar inicio a la construcción de esta crucial infraestructura. Asimismo, se está actualizando el Estudio de Diseño de Trabajo de Proyecto (EDTP) de la represa de Jankokhota, buscando licitar esta obra que aportará 5 hectómetros cúbicos de agua, beneficiando en gran medida a la población de La Paz. Entre otros proyectos se encuentra la represa de Kayani, también en fase de actualización y con la expectativa de obtener 5 millones de metros cúbicos de agua.
“Desde el primer episodio de desabastecimiento en 2019, EPSAS tomó lecciones que han guiado nuestra gestión actual. Por ello, estamos explorando nuevas alternativas con la incorporación de represas y perforación de pozos en Pura Puraní, en El Alto”, enfatizó Gutiérrez. En la actualidad, las represas disponen de 20.31 hectómetros cúbicos de agua, pero para 2024 y 2025, con el apoyo del Ministerio de Medio Ambiente y Agua y la Presidencia del Estado, se espera alcanzar los 44 hectómetros cúbicos. Considerando el crecimiento poblacional, que demanda alrededor de 170,000 metros cúbicos de agua, estas implementaciones serán fundamentales para satisfacer esta demanda creciente en La Paz y El Alto.
Por último, se destaca la actualización en curso de la planta de residuos de Puchucollo. Esta actualización, iniciada el 20 de noviembre, contempla dos fases clave que permitirán trabajar en el tratamiento de aguas residuales de Achocalla, Viacha y El Alto. Se prevé la finalización de esta planta para abril de 2024, incluyendo la puesta en marcha de tanques y filtros para un tratamiento adecuado del agua residual. Esto incluirá procesos de desinfección y estabilización para generar un líquido apto para riego en Viacha después de análisis correspondientes.
“Este proyecto es fruto del impulso principalmente proveniente de El Alto, Viacha y Achocalla”, resaltó Gutiérrez, subrayando la colaboración y el compromiso regional en esta iniciativa.
Estos proyectos marcan un paso significativo en el compromiso de EPSAS de garantizar un suministro sostenible y de calidad de agua potable en las ciudades de La Paz y El Alto, considerando tanto las necesidades presentes como las futuras.
EPSAS, superando retos y mejorando el abastecimiento de agua
La Empresa Pública Social de Agua y Saneamiento, se enfrenta a desafíos significativos debido a la desinformación sobre sus actividades en beneficio de la población. La falta de consultas adecuadas a los responsables del suministro y la proyección del agua ha contribuido a esta situación. Muchas autoridades, al visitar represas cercanas a la población con déficit, no han explorado internamente la verdadera fuente de abastecimiento de EPSAS. Por ejemplo, en Milluni, se indicó que el nivel de agua era bajo, insinuando posibles problemas de desabastecimiento. Sin embargo, estas autoridades no han explorado la represa de Jankakhota, ubicada a unos 4 kilómetros más adentro, con capacidad suficiente para abastecer, y con la cual EPSAS ha sociabilizado para el bombeo de agua, negociando incluso con los comunarios de Milluni para obtener autorización.
En otras áreas como Hampaturi e Incachaca, existen represas que también requieren procesos de socialización similares para su aprovechamiento. Además, en Incachaca, la entrada a los Yungas, se encuentran tres lagunas la Quisquillosa, Estrelani y Kalajahuira, con una capacidad de un millón de metros cúbicos de agua, listas para ser explotadas en caso de déficit a largo plazo.
Es importante mencionar la operación de bombeo de agua desde Huayllada y Pongo, que representa una inversión de cerca de siete millones de bolivianos. Esta operación, realizada durante la temporada de lluvias de enero a abril, es desconocida para la población, generando cierta incertidumbre. EPSAS busca transmitir tranquilidad a la población asegurando que se cuenta con suficientes recursos hídricos para el abastecimiento.
Para el 2024, se proyecta aumentar la cantidad de agua en todas las represas para recuperar el gasto del 2023 y prepararse para los nuevos proyectos. Entre estos, se incluye la instalación de 10 pozos adicionales en El Alto, sumando así 69 pozos, ampliando el área de cobertura de la meseta con aguas de pozo en lugar de las represa de Tuni. Además, está en marcha el proyecto de eficiencia hídrica y la implementación del sistema DAF en Achachicala, tecnología que elevará aún más la calidad del agua, superando los estándares de los 28 parámetros de la normativa boliviana.
“Estamos enfocados en la expansión de nuestro laboratorio con el propósito de ampliar nuestra capacidad de medición de parámetros y perfeccionar nuestros procedimientos de monitoreo para garantizar la calidad del agua que distribuimos. Actualmente, somos el único laboratorio que cumple con la mayor cantidad de parámetros establecidos por la normativa NB 512.”, puntualizó Gutiérrez.
EPSAS enfrenta retos pero se compromete a garantizar un suministro de agua de calidad, adoptando tecnologías innovadoras y ampliando su alcance para satisfacer las crecientes necesidades de la población.
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