El Banco Mundial y la importancia de la gestión del agua para un futuro sostenible

El Banco Mundial y la importancia de la gestión del agua para un futuro sostenible

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El acceso al agua es un derecho fundamental que afecta todos los aspectos de nuestro desarrollo económico y social. La manera en que gestionamos los recursos hídricos no solo tiene un impacto en la disponibilidad de agua potable, sino que también incide en la calidad de vida en las ciudades, la capacidad de las industrias emergentes y las comunidades rurales para enfrentar eventos climáticos extremos como inundaciones o sequías. En este artículo, destacamos la importancia de la gestión del agua en el contexto global y cómo el Banco Mundial está desempeñando un papel fundamental en abordar estos desafíos.

El crecimiento demográfico, la urbanización, el cambio climático y el desarrollo económico son factores que convergen y generan una brecha cada vez mayor entre la oferta y la demanda de agua en muchas partes del mundo. Esta disparidad podría reducir el crecimiento económico hasta en un 6%. Para abordar un desafío de esta magnitud, es fundamental adoptar nuevos enfoques que aprovechen todas las fuentes de agua disponibles.

Las fuentes no convencionales de agua, como la desalinización y la reutilización del agua, impulsadas principalmente por energías renovables, ofrecen soluciones viables para hacer frente a la escasez de agua y el cambio climático. Estas tecnologías pueden ser fundamentales para asegurar un suministro de agua confiable y seguro, incluso en condiciones climáticas adversas.

El Banco Mundial, como principal fuente de financiamiento multilateral para proyectos de agua en los países en desarrollo, con una cartera de inversiones de casi USD 30,000 millones, se encuentra en una posición única para apoyar las oportunidades de desalinización y reutilización. Más allá del financiamiento, el Banco Mundial proporciona asesoría técnica y análisis a los países miembros para diseñar políticas más efectivas y fortalecer sus instituciones en el ámbito del agua.

El Banco Mundial ha respaldado proyectos de desalinización y reutilización en varios países. En Kiribati, un país compuesto por 21 islas dispersas en el océano, se ha construido un sistema de desalinización de agua marina alimentado con energía solar para garantizar el acceso a servicios de agua seguros y confiables. En Türkiye, se está implementando un proyecto de economía circular y reutilización de aguas residuales para mejorar la gestión de aguas servidas y fortalecer la resiliencia al cambio climático.

Recuperar y reutilizar el agua es fundamental para un futuro sostenible en el que se apliquen los principios de la economía circular en lugar del modelo lineal de “tomar, producir, consumir y desperdiciar”. El Banco Mundial ha desarrollado un marco para promover la economía circular y la resiliencia en el sector hídrico urbano, fomentando un uso más sostenible de los recursos hídricos y reduciendo la contaminación.

Las necesidades de inversión en infraestructura hídrica son significativas, estimándose en USD 6.7 billones para 2030 y USD 22.6 billones para 2050. Para abordar esta demanda, el Banco Mundial ha elaborado un plan estratégico para movilizar financiamiento público y privado, fomentar la inversión privada, la innovación y los conocimientos especializados.

Para afrontar la crisis del agua a gran escala, es necesario adoptar enfoques no convencionales y nuevas formas de financiamiento. El Banco Mundial, a través de su experiencia y recursos, desempeña un papel crucial en la promoción de la gestión sostenible del agua y en la búsqueda de un futuro con seguridad hídrica para todos. La cooperación internacional, la inversión en tecnologías innovadoras y la adopción de prácticas sostenibles son esenciales para asegurar que el agua, un recurso vital, esté disponible para las generaciones presentes y futuras.

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