El Alto: la ciudad con un modelo económico desafiante y viable

El Alto: la ciudad con un modelo económico desafiante y viable

En noviembre de 2019, la Organización de Estados Americanos (OEA) junto con partidos de derecha, la oligarquía y Fuerzas Armadas, perpetraron un golpe

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En noviembre de 2019, la Organización de Estados Americanos (OEA) junto con partidos de derecha, la oligarquía y Fuerzas Armadas, perpetraron un golpe de Estado contra el pueblo y el gobierno de Evo Morales en Bolivia.  Los golpistas locales destilaron su racismo contra las naciones originarias, los sectores populares y los partidarios del Movimiento Al Socialismo (MAS). La ciudad de El Alto, tanto por la resistencia movilizada al golpe y por ser la capital de la nación aymara, fue objeto de todo tipo de discriminación, matanza y estigmatización. Sin embargo, es una urbe joven, con una economía pujante gracias a sus raíces y capacidad de abrirse camino frente a los retos económicos.

Entre la pandemia y el golpismo

La oligarquía golpista utilizó la fuerza de la Policía, el Ejército y paramilitares para atenuar las movilizaciones que pedían oportunidades económicas frente a una cuarentena impuesta a palos, sin consideración ni medidas de salubridad para la protección de la población.

El racismo se manifestó en el desprecio y la violencia de estos sectores contra los indios, las mujeres de pollera, la wiphala, los sectores populares y de trabajadores, contra todo vestigio del Estado Plurinacional que había instaurado el pueblo. La población de El Alto fue señalada como “ignorantes”, “absurdos”, “irracionales”, “atrasados” y “bárbaros”.

El Alto es una ciudad muy particular, como lo expresó David Harvey en Ciudades rebeldes. Es la vanguardia política del país y muy importante a nivel continental porque ha conseguido en el año 2000 evitar la privatización del agua. En 2003 impidió que las transnacionales se llevaran el gas y los excedentes, además de plantear una agenda para una Asamblea Constituyente y un Estado Plurinacional. En 2019 resistió el golpe de Estado sufriendo la represión en la zona de Senkata, donde asesinaron a casi 30 personas. En agosto de 2020 realizó una gran movilización para convocar a elecciones. La madurez política de sus habitantes igualmente surge de una dinámica económica que desafía toda discriminación racista y del mercado.

Una gran manufactura atomizada y proletariado diverso

En El Alto existe una inmensa cantidad de talleres productivos que operan bajo una lógica distinta a la mercantil capitalista en tanto están basados en el trabajo familiar y comunitario, que sustituye la ausencia de ciertas condiciones con elementos organizativos, la incorporación y adecuación de tecnologías propias, las relaciones de parentesco y comunitarias para uso de garantías en el sistema financiero, entre otras. La calidad de la producción es diversa, pero hay muy buena especialmente en la confección de ropa que se exporta a países vecinos. Este “megataller atomizado”, según expertos internacionales, incluso podría hacerle frente a la producción china si lograra articularse con una coordinación centralizada.

El proletariado alteño no es el clásico obrero con contrato, sino que está subordinado al capital mediante otros mecanismos de subsunción formal en la producción y subsunción real en la circulación y el proceso global de producción capitalista.

Ciencia y tecnología para la producción

En El Alto existe la mayor articulación entre  producción de tecnología y uso de la técnica para producir. Por ejemplo, hay sociedades para la promoción tecnológica, talleres de actividad vinculados a la satisfacción de necesidades diversas, incluida la industria. No es una tecnología solamente para servicios, sino que logra incorporarse a la producción.

Se benefician de esta capacidad las grandes industrias privadas asentadas allí, que son numerosas y que dan origen a un proletariado obrero, pero del mismo modo a las mencionadas “microempresas”.

Articulación orgánica metabólica entre el campo y la ciudad

Las asambleas de la Federación de Trabajadores Campesinos de La Paz, convocadas para decidir movilizaciones para enfrentar al golpe, se realizaban en la puerta de la Universidad Pública de El Alto (UPEA), porque una gran parte de la población todavía mantiene un vínculo orgánico con sus comunidades en las provincias a través de la producción de alimentos y el ámbito cultural. Por eso, El Alto es además la capital urbana de la nación aymara de Tupaj Katari.

La Feria 16 de Julio

Otra expresión de esta diversidad es la gran Feria 16 de Julio, donde coexisten la venta de productos de las comunidades con otros elaborados en talleres de El Alto y artículos importados, “se puede encontrar de todo”. Los jueves y  domingos utiliza una gran extensión de la zona que lleva su nombre y son varios los grupos de personas que tienen una opción para generar ingresos monetarios para sus familias.

Lo ancestral y lo moderno: solo viable con un sujeto revolucionario

Las familias alteñas combinan distintas estrategias de generación de ingresos: el comercio, la producción microempresarial, el transporte, la construcción, el abastecimiento de una cantidad de sus alimentos mediante la producción en el campo.

La propia ciudad es una complejidad basada en estas desiguales expresiones económicas que le dan vida a la misma. Lo interesante son los resultados económicos y sociales. Es la segunda urbe con mayor aporte industrial en el país y actualmente la segunda más poblada.

El Alto es un modelo complejo y diverso que ha sido capaz de hacer viable una realidad donde se combina la identidad propia como herencia ancestral junto a una modernidad capitalista subordinada a lo plurinacional y comunitario, como un proyecto histórico al que jamás consiguió doblegar la oligarquía ni como gobierno ni como sector social que sumieron al conjunto del país en la pobreza y atraso más agudos de la Región.

En el polo contrapuesto, la estigmatizada ciudad de El Alto ha elaborado estrategias de trabajo y supervivencia que han conseguido enfrentar 500 años de explotación y despojo para proyectarse como una oportunidad de desarrollo propio y dignidad.

Encuentro Económico

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