Silvio Paez Destrucción económica dejada por el neoliberalismo El Presidente de Bolivia, Luis Arce, a manera de balance puntualizó los aspectos
Silvio Paez
Destrucción económica dejada por el neoliberalismo
El Presidente de Bolivia, Luis Arce, a manera de balance puntualizó los aspectos más importantes de su gobierno partiendo de un punto de referencia inicial en los resultados que en 2020 dejó el gobierno inconstitucional en la economía, la institucionalidad estatal, los derechos de la población y la esperanza de un pueblo, muy afectados.
En una guerra, la destrucción económica es diferente a la destrucción física provocada por el impacto de armas de destrucción. A veces, el valor de las pérdidas económicas es igual al valor de las pérdidas por la destrucción de infraestructura. Señalamos este tipo de pérdidas porque en el caso de Bolivia, el gobierno inconstitucional provocó una pérdida económica generalizada en el cuerpo social que agravada con la pandemia siendo golpes muy graves para la economía. Solamente para hablar de los principales indicadores económicos, en este período el crecimiento económico cayó en un 12% y la desocupación alcanzó un máximo histórico de 11%.
En su lucha por la recuperación de la democracia, el pueblo boliviano eligió nuevamente al MAS y a Luis Arce como presidente para enfrentar la crisis. Ahora se puede percibir con claridad este choque de dos modelos económicos: un modelo neoliberal recargado que representa a toda una casta señorial con el asesoramiento técnico de sus economistas trasnochados que no saben otra cosa que repetir la supuesta necesidad de inversión extranjera directa y la ineficiencia del estado, por el otro lado, el retorno del modelo social comunitario productivo que representa a las clases populares y cuyos logros significan una clase magistral de gestión y economía para los 200 años de gobierno de las clases conservadoras.
La economía es energía social desplegada y concentrada
Una tarea de primer orden fue la contención de la pandemia que se tradujo en el retorno a las actividades para la recuperación de la economía. Luego de las acertadas acciones en el área de la salud para detener la pandemia, la gestión económica fue el área que exigió mayor atención.
A principios de 2021, también la guerra entre Rusia-Ucrania ha afectado a nivel global el aumento de los precios de los alimentos, la cadena de suministros provocando una inflación generalizada que provocó la elevación de las tasas de interés de las economías de países desarrollados.
Este contexto se ha generado una presión en la demanda mundial de divisas que en Bolivia ha podida ser encarada con una estructura macroeconómica bolivianizada, a lo cual se suma ahora la ley de oro y otras estrategias monetarias para superar esta dificultad y mantener una tasa de inflación de las más bajas de la región y del mundo.
Como resultado de la gestión económica, el crecimiento de las gestiones 2021 y 2022 llegó a 6,1% y 3,48%, respectivamente, logrando revertir el decrecimiento tanático del 2020.
El crecimiento solamente puede ser efectivo porque va acompañado de la fortaleza social expresada en la estabilidad en la situación de la población. Por ejemplo, aumentó el PIB per cápita a más de 3.600 dólares por personas, disminuyó la pobreza extrema del 13,7% al 11,1%, bajó la desocupación de 11% a 4% y se redujo la desigualdad en varias dimensiones.
La economía es energía social desplegada y concentrada. Esto se traduce no solamente en bienestar social de la población sino en un bienestar social integral que es la condición que posibilita el despliegue de las energías y oportunidades económicas de un país.
Industrialización y ahorro en divisas
Históricamente en Bolivia la estructura económica se ha configurado en torno a actividades extractivas, a la plata, el estaño, el gas, dejando una estructura económica arraigada al extractivismo impidiendo cualquier posibilidad de diversificación.
El proyecto histórico consolidado en la Guerra del gas en El Alto en 2003, se ha traducido en la nacionalización de los recursos naturales aprobada por el gobierno de Evo Morales, estos recursos han permitido el inicio de una larga y complicada marcha hacia la industrialización como vía para para tener un desempeño económico beneficioso para el conjunto de la población, luego de haber quedado congelada en el capitalismo colonial del siglo XVI.
La industrialización en Bolivia tiene al estado como principal protagonista pero fortalece también al sector privado productivo nacional urbano y rural, micro, pequeño, mediano o grande.
La sustitución de importaciones no solamente es algo simbólico, en este mensaje se ha comunicado el ahorro en divisas que significan las diferentes inversiones: Industria de la química básica para integrar cadenas productivas nacionales, sustituirá 210 Millones de dólares en su inicio y luego hasta 1.400 Millones de dólares; la producción de urea alcanzó a 230 Millones de dólares en ventas posicionando a Bolivia como un importante productor de agro fertilizantes en la región; la producción de diésel ecológico ahorrará 400 Millones de dólares en importaciones; la planta refinadora de Zinc y la planta siderúrgica del Mutún, ahorrarán 200 Millones de dólares. Dentro de estas actividades, también genera expectativas la industrialización del litio.
Una de las claves en el crecimiento económico es la inversión pública en otras áreas que completan la producción, hecho que se refleja en su relación con el PIB poniendo a Bolivia entre los de mayor inversión en la región.
- Inversión pública total, 6.280 Millones de dólares.
- Exportaciones 13.650 Millones de dólares en los rubros de industria-manufactura e importaciones con un 83% para insumos, reflejando el avance en el proceso de industrialización.
- La inversión en el área rural tiene la finalidad de mejorar la productividad y la transformación de alimentos del sector agrícola y pecuario generando seguridad con soberanía alimentaria, más materias primas y mejores condiciones de vida, empleo, esperanza, reducción de la migración interna.
- Apoyo a proyectos productivos, construcción de presas, acceso al agua, saneamiento, riego tecnificado y otros.
Retos para la configuración de una economía integral
El crecimiento económico y su componente social, son elementos fundamentales de un modelo que ha conseguido importantes resultados positivos, mucho más si se los compara con la modelo neoliberal. Pero también, son la base económica para la proyección hacia una estructura de economía integral como se proclama en la economía comunitaria: articulando madre tierra, sostenibilidad, trabajo, producción agrícola, ocupación del espacio, uso y cuidado del agua, reducción de la dependencia y generación de empleo.
Desde muchas posiciones, se suele contraponer el crecimiento económico con objetivos económicos y sociales integrales. En realidad son complementarios y tienen una continuidad, siempre y cuando, no se olviden y posterguen los objetivos de un proyecto histórico integral para atender al crecimiento inmediato, por lo que es una tarea muy compleja y de largo plazo.
Productividad del trabajo y nación
Aunque parecen dos cuestiones totalmente separadas porque una se enfoca en aspectos técnicos y la otra se enfoca en cuestiones totalmente políticas, hay una relación bastante fuerte entre la elevación de la productividad del trabajo y la construcción de nación.
El ambicioso alcance de los esfuerzos para la formación técnica y profesional que lleva adelante el estado boliviano, aterrizan en el aporte de las personas formadas en su participación en la economía, elevando de esta forma la productividad del trabajo y, por lo tanto, la productividad de las unidades económicas.
En esta dinámica, se establece la posibilidad de articulación entre los proyectos personales e individuales de la masa crítica formada en las distintas áreas con un proyecto histórico de un pueblo y del país.
Los dos años y medio de gestión relatan logros importantes frente a tareas que parecían titánicas, pero gracias a sus resultados positivos se pueden pensar los otros dos años y medio con mucha esperanza y expectativa.
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