Bolivia y su notable crecimiento del PIB per cápita desde 2005

Bolivia y su notable crecimiento del PIB per cápita desde 2005

El Producto Interno Bruto per cápita ajustado por paridad de poder adquisitivo (PIB per cápita PPP) de Bolivia ha experimentado un asombroso crecimien

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El Producto Interno Bruto per cápita ajustado por paridad de poder adquisitivo (PIB per cápita PPP) de Bolivia ha experimentado un asombroso crecimiento del 143% desde el año 2005. Este crecimiento es realmente impresionante y coloca a Bolivia entre los países líderes de la región en términos de expansión económica, superando a naciones como Perú, que registró un aumento del 132%, y Uruguay, que alcanzó un 122% de crecimiento en el mismo período que abarca desde 2005 hasta 2022.

Este logro económico se ha traducido en un aumento significativo en el PIB per cápita PPP en diferentes etapas. Entre 1980 y 2005, un lapso de 25 años, el incremento fue de $us 2.020. Luego, entre 2006 y 2019, en tan solo 14 años, se experimentó un aumento de $us 5.039. Sorprendentemente, durante los dos años de gobierno del presidente Luis Arce, de 2020 a 2022, se registró un incremento adicional de $us 1.613, como lo señala un informe del Ministerio de Economía.

Estos datos demuestran que las afirmaciones difundidas por el periódico Los Tiempos, en su edición del 31 de octubre, en las que se sostenía que el crecimiento del PIB era del 2% y que Bolivia se encontraba en el último lugar en términos de PIB per cápita, no reflejaban la situación real de la economía boliviana.

El Ministerio de Economía hace hincapié en que gracias a la implementación del Modelo Económico Social Comunitario Productivo (MESCP), la brecha económica se ha ido reduciendo de manera constante desde 2006. En 2005, el PIB per cápita de Bolivia representaba apenas el 25% del promedio de América del Sur, pero en 2022, este porcentaje se incrementó al 41%. Si consideramos el PIB per cápita PPP, el porcentaje asciende al 55% durante el mismo período.

Este notable crecimiento económico se debe en gran medida a las sólidas tasas de crecimiento que Bolivia ha experimentado desde 2006. Estas tasas de crecimiento no se basan únicamente en las exportaciones, sino también en la fortaleza del mercado interno, que ha permitido a Bolivia resistir mejor las adversidades económicas a nivel internacional, como la crisis financiera, la crisis de la deuda en Europa y la actual crisis geopolítica.

A pesar de que aún hay desafíos por superar, Bolivia se encuentra en el camino correcto hacia un desarrollo económico más equitativo. Además, el crecimiento económico en el segundo trimestre de 2023 refleja la recuperación de la economía boliviana en todos los sectores, excepto hidrocarburos y la industria manufacturera, que muestran cifras positivas.

En particular, el sector de “Otros servicios” ha experimentado un aumento considerable, impulsado por la recuperación de restaurantes y hoteles. También es notable el comportamiento positivo en el sector de electricidad, gas y agua, que refleja el crecimiento orgánico de las ciudades y la estabilidad de los ingresos de la población. Además, el sector financiero continúa creciendo, lo que demuestra la confianza de la población en el sistema financiero nacional.

Es relevante destacar que a pesar del decrecimiento en el sector de petróleo y gas natural en el segundo trimestre de 2023, este sector representa menos del 1% de la población empleada en el país. La mayoría de los sectores han mantenido o mejorado su dinámica en el mismo período, lo que ha beneficiado la actividad económica y los ingresos de la población.

La tasa de desempleo en Bolivia se sitúa en un bajo 3,76% a agosto de 2023, una de las más bajas en la región. El crecimiento económico es generalizado y se debe a la dinámica de casi todos los sectores, así como a las políticas gubernamentales de apoyo a la demanda interna y la redistribución de la riqueza, enmarcadas en el MESCP.

A diferencia de las políticas neoliberales que se basan en el efecto rebalse de los sectores exportadores, el enfoque de Bolivia en la dinamización de la demanda interna ha impulsado el crecimiento económico de la nación. Esto ha llevado a un incremento significativo en el número de empresas bolivianas, que ha pasado de 64.632 en 2005 a 369.534 en abril de 2023.

La reducción de la pobreza extrema y la mejora en la distribución del ingreso son indicativos de que el crecimiento de Bolivia es inclusivo. La pobreza extrema ha disminuido notablemente, pasando del 38,2% en 2005 al 11,1% en 2021, y la desigualdad se ha reducido, como lo demuestra la mejora en el índice de Gini, que ha disminuido de 0,60 a 0,42 en el mismo período.

A pesar de un entorno internacional adverso, el crecimiento de Bolivia se basa principalmente en la demanda interna, respaldado por el consumo de las familias y la inversión. Esto sitúa a Bolivia en una posición privilegiada para superar el promedio regional y convertirse en una de las economías de mayor crecimiento en Sudamérica en 2023, según destaca el Ministerio de Economía.

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