Pagos electrónicos en Bolivia: un salto histórico hacia la inclusión financiera digital

Pagos electrónicos en Bolivia: un salto histórico hacia la inclusión financiera digital

El avance del sistema de pagos en Bolivia ha alcanzado un punto de inflexión histórico. Gracias al impulso normativo y tecnológico liderado por el Ban

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El avance del sistema de pagos en Bolivia ha alcanzado un punto de inflexión histórico. Gracias al impulso normativo y tecnológico liderado por el Banco Central de Bolivia (BCB), el país no solo logró cifras récord en transacciones electrónicas durante los primeros cinco meses de 2025, sino que también consolidó su apertura a nuevos actores internacionales y tecnologías emergentes. Se trata de un hito en la estrategia de inclusión financiera digital del país que, a la luz de las cifras, no es menor.

En efecto, entre enero y mayo de este año, se procesaron más de 605 millones de operaciones electrónicas, lo que representa un crecimiento del 89% respecto al mismo periodo de 2024, cuando se contabilizaron 319 millones. Este volumen refleja una masificación sin precedentes del uso de pagos digitales, especialmente en transferencias electrónicas —como las Órdenes Electrónicas de Fondos (OETF)— que representan el 57% del total. Dentro de estas, los pagos mediante códigos QR dominan con un asombroso 85%.

Esta evolución ha tenido un impacto directo en el comportamiento de los usuarios: se realizaron 77 transacciones per cápita a mayo de 2025, frente a las 41 del año anterior. De mantenerse esta tendencia, se prevé cerrar el año con 200 transacciones por persona, superando con holgura el récord de 141 alcanzado en 2024. No se trata únicamente de una mejora cuantitativa, sino de una transformación estructural en la forma en que los bolivianos se relacionan con el dinero, los servicios financieros y el comercio.

Uno de los logros más significativos en este proceso ha sido la apertura del ecosistema boliviano a soluciones innovadoras de alcance internacional. Un ejemplo emblemático es la reciente incorporación del esquema PIX, el sistema de pagos instantáneos desarrollado por el Banco Central de Brasil, que ahora opera en el país bajo la autorización del BCB. Este paso, junto con el desarrollo de carteras digitales (e-wallets) y la futura integración de stablecoins como el USDT, coloca a Bolivia en la frontera de la innovación financiera.

Todo esto ha sido posible gracias a una ruta crítica definida por el BCB, que ha puesto énfasis en la interconexión e interoperabilidad del sistema financiero nacional. Esto ha permitido integrar a entidades financieras no bancarias al ecosistema digital y extender los servicios financieros a zonas periurbanas y rurales, donde el acceso tradicional al sistema bancario era limitado. Se trata de una verdadera democratización del acceso financiero, con consecuencias tangibles en términos de inclusión social y desarrollo económico.

Un elemento clave de esta transformación ha sido el marco normativo establecido mediante la Resolución de Directorio N° 111/2024. Esta resolución ha definido estándares de interoperabilidad, seguridad y acceso, al tiempo que sienta las bases para nuevas formas de pago inmediato y uso de tecnologías emergentes. A través de esta normativa, se ha estimulado la competencia y la innovación entre los proveedores de servicios financieros, tanto públicos como privados, en línea con las mejores prácticas internacionales.

El impacto de estas políticas no ha pasado desapercibido en el ámbito internacional. Bolivia fue el segundo país en América Latina en alcanzar la interoperabilidad de su sistema de pagos en 2022, y hoy se destaca por la implementación de pagos inmediatos con QR en tiempo real entre distintas entidades financieras, un avance que ha sido reconocido por organismos especializados y analistas regionales.

Este liderazgo regional se enmarca en una visión más amplia del BCB, orientada a consolidar un ecosistema de pagos moderno, seguro, accesible e interoperable. La transformación digital del sistema financiero no es un fin en sí mismo, sino una herramienta para avanzar hacia una economía más eficiente, inclusiva y resiliente.

En una coyuntura internacional marcada por la digitalización acelerada y la necesidad de reducir brechas socioeconómicas, los avances del sistema de pagos boliviano son un referente. No sólo modernizan la infraestructura financiera, sino que empoderan a los ciudadanos, dinamizan el comercio y fortalecen la soberanía tecnológica del país.

Desde esta perspectiva, el trabajo del Banco Central de Bolivia no solo debe ser reconocido, sino también proyectado hacia el futuro. Las cifras alcanzadas hasta la fecha son alentadoras, pero también abren el camino para nuevas metas: consolidar la integración regional de pagos, fomentar la adopción de stablecoins en un marco regulado, y extender la educación financiera digital a toda la población.

En definitiva, Bolivia ha demostrado que con una visión estratégica, capacidad institucional y voluntad regulatoria es posible transformar profundamente el sistema financiero en beneficio de todos. La digitalización de los pagos no es un simple cambio tecnológico; es una revolución silenciosa que está redefiniendo el mapa económico y social del país.

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