Estabilidad económica en un contexto de convulsión regional

Estabilidad económica en un contexto de convulsión regional

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Por: Martin Moreira

Estamos en un momento en el que los logros de gestión son evidentes y trascienden, respaldados por el constante crecimiento del país, el cual se refleja en el bienestar de la población. Cada indicador económico nos muestra una radiografía de una Bolivia estable frente a una región convulsionada y plagada de indicadores negativos que intentan socavar poco a poco a la población. En este contexto, donde todo indicio de crecimiento se ha convertido en decrecimiento, es crucial destacar el contraste que vivimos. Mientras en otras regiones la inflación ha llevado los precios de los alimentos a un alza del 58%, y las tasas de interés siguen presionando Las Reservas Internacionales, en Bolivia, el poder adquisitivo se mantiene protegido. A pesar de los discursos especulativos políticos que intentan sembrar la duda y llevar al país a una crisis, la realidad es que contamos con un modelo económico sólido, fortalecido por el mercado interno, que ha garantizado la estabilidad y el progreso continuo. Es importante reconocer y valorar estos logros, que son fruto del esfuerzo conjunto de toda la sociedad boliviana.

El crecimiento económico del país en 2023 fue una grata sorpresa al alcanzar el 3,1%, superando las expectativas del Banco Mundial, el Fondo Monetario Internacional (FMI) y la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL). Este logro no solo demuestra la fortaleza de la economía boliviana, sino también la eficacia de las políticas gubernamentales implementadas. A pesar de la coyuntura internacional de crisis y la volatilidad de los precios, Bolivia se posiciona como la segunda economía de la región, destacando por su notable crecimiento.

El impulso del crecimiento provino principalmente de la demanda interna, con un aumento del 4,7%, mientras que el mercado externo experimentó un ligero declive del -1,62%. También se destacó la importancia del consumo final de los hogares y la inversión pública y privada en este contexto económico.

Los sectores que impulsaron el crecimiento fueron diversos. El sector de servicios no clasificados en otros servicios con un aumento del 10,12%, seguido por electricidad, gas y agua con un crecimiento del 6,68%. El transporte y almacenamiento experimentaron un incremento del 4,97%, mientras que los establecimientos financieros registraron un aumento del 4,22%. La construcción creció un 3,51%, seguida de cerca por el sector del comercio con un 3,39%. Los servicios de la administración pública también contribuyeron con un crecimiento del 3,20%, mientras que la agricultura y la ganadería registraron un aumento del 2,67%. La industria manufacturera mostró un crecimiento del 1,82%, seguida por las comunicaciones con un modesto incremento del 0,80%. Por otro lado, la minería, tanto metálica como no metálica, apenas creció un 0,10%, mientras que el sector de hidrocarburos, petróleo y gas natural experimentó una notable caída del -6,75%.

Esto refleja el progreso del Estado y su constante búsqueda por mejorar las condiciones de vida de los bolivianos, quienes son los actores fundamentales para el desarrollo y crecimiento del país. El modelo económico establecido muestra estos avances positivos en la industrialización, con el objetivo de lograr un mayor eficacia y sostenibilidad con un PIB arriba del 5%.

Por otro lado, también se cuenta con un crecimiento de nuestras Reservas Internacionales Netas (RIN), se mantuvieron estables hasta abril de este año, alcanzando un total de 1.796 millones dólares, lo que representa un incremento de $88 millones con respecto al año anterior. Este nivel de las RIN refleja una notable estabilidad, a pesar de un entorno tanto interno como externo desafiante para el flujo de divisas.

El impacto de la Ley de Fortalecimiento de las Reservas Internacionales Netas (RIN) ha sido una prioridad dentro del marco de la Ley 1503. El Banco Central de Bolivia (BCB) ha implementado un proceso en tres etapas con éxito para lograr este objetivo en beneficio del país.

En primer lugar, se ha reglamentado el proceso de compra de oro en el mercado interno, lo que ha permitido al BCB adquirir 8,65 toneladas de oro fino hasta abril de 2024. Solo en el primer cuatrimestre de dicho año, se compraron un total de 4,56 toneladas. Además, se han llevado a cabo gestiones para la refinación del oro conforme a estándares internacionales. Hasta la fecha, se ha refinado un total de 2,67 toneladas de oro con calidad de Buena Entrega, mientras que otras 3,73 toneladas están en proceso de refinación en el extranjero.

Respecto a las reservas de oro al 30 de abril de 2024, se observa que el BCB supera el mínimo requerido por la Ley del Oro 1503. Las Reservas Internacionales Netas (RIN) para ese mes alcanzaron los $1.796 millones, reflejando estabilidad a pesar de un contexto adverso para el flujo de divisas.

Durante el 2024, las RIN continuaron coadyuvando al crecimiento y la estabilidad económica del país. Se destinaron a la importación de combustibles para garantizar el abastecimiento y mantener el subsidio para salvaguardar el poder adquisitivo de las familias, contribuyendo así a mantener la inflación más baja de la región. Se pagó oportunamente el servicio de la deuda externa pública, cumpliendo hasta abril de 2024 con el 40% del servicio proyectado para toda la gestión. En marzo, también se realizó el pago puntual de los bonos soberanos a inversionistas privados en el exterior.

El BCB continuó con la dotación permanente de divisas a los agentes económicos, utilizando diversos mecanismos como las ventas directas, el bolsín y la venta al público a través del Banco Unión S.A. El uso de las RIN hasta abril de 2024 incluyó la importación de combustible, el pago de la deuda externa y la dotación de divisas, sumando un total de $1.683 millones.

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